– Oye Manolo, ¿me prestas tu shampoo?
– Pero, ¿tú no tienes el tuyo?
– Sí, pero el mío dice para cabellos secos, y el mío está mojado.
¿Saben cuál es el colmo de un perdedor?… Que su esposa se llame Victoria.
¿En qué se parece una maestra y un termómetro?… En que cuando los dos marcan cero, todos tiemblan.
– ¿Hijo por qué vienes ebrio?
– Mamá, tú dijiste “embriágate”.
– Te dije ¡abrígate, imbécil!
– ¿Viste el apagón de anoche?
– No, en mi casa se fue la luz.