A los jóvenes les gusta la música de hoy. A los adultos, los éxitos de ayer. ¿Por qué?
No sé si se han dado cuenta de que sus padres y la gente de su edad, de un momento a otro, dejan de escuchar música nueva, y no se preocupan por saber acerca de los nuevos artistas y estilos musicales. ¿A qué se debe esto?
Obviamente todos somos distintos, así que mis comentarios no aplican para todo el mundo. Conozco gente adulta que disfruta oyendo música nueva y aprovecha todas las posibilidades que ofrece la tecnología para mantenerse al día.
Para la mayoría de la gente, los años formativos en la apreciación de la música están entre los 13 y los 22 años de edad. Esta es la edad en la que la gente aprende mucho de sí misma, vive toda clase de experiencias, comienza a ennoviarse, entra a los últimos grados de colegio o primeros semestres de universidad, y comienzan en general a madurar.
Este periodo aproximado de 10 años es probablemente el más significativo en la vida de una persona, pues es cuando empieza a tener sus primeras relaciones amorosas, desarrolla sus habilidades, conoce sus necesidades y deseos, y sienta las bases para su adultez.
Y la música es parte de ese proceso de madurez. Yo sé que hay algunas excepciones, pero de acuerdo con lo que he vivido a lo largo de mis 63 años y la experiencia que he logrado en más de 45 años de hacer radio, incluyendo algunas experiencias de investigación de mercados, la conclusión es que mucha gente se involucra más con la música durante estos años de formación que en cualquiera otra época de la vida.
La música, durante esta época, es casi tan importante como respirar. La escuchamos en la casa, en el carro con los amigos, en el transporte al colegio, en nuestros dispositivos móviles, cuando salimos a alguna cita, mientras estudiamos y virtualmente casi que en todas las circunstancias. Lo que escuchamos durante este periodo de tiempo es la música que nos definirá para el resto de la vida.
Con algunas excepciones, la música desde el siglo pasado ha estado definida por décadas, y lo habitual es que todos nos identifiquemos por la música que sonaba en la época en que teníamos el rango de edad mencionado arriba. Por eso vemos gente que discute acerca de cuál fue la mejor década para la música, algo en lo que nunca se pondrán de acuerdo, a no ser que sean contemporáneos.
Por esto, si sus padres crecieron en los años 70, seguramente recordarán a los grandes baladistas de esa época como Leo Dan, Palito Ortega, Sandro y Mocedades; bailan la música de Donna Summer, Gloria Gaynor y los Bee-Gees, o si eran Rockeros les encantará la música de Led Zeppelin, Santana o los Rolling Stones. Lo mismo ocurrirá si crecieron en las décadas siguientes: Juan Gabriel, Rocío Dúrcal, Pimpinela y Camilo Sesto pueden ser sus ídolos, y en cuanto a música Anglo probablemente prefieren a Madonna, Michael Jackson, Air Supply y Chicago.
Lo que he aprendido a lo largo de los años, es que la gente tiende a favorecer la música de la década en que creció, y deja de interesarle la música de las décadas subsiguientes a medida que van envejeciendo. Y por lo que he notado, esto comienza a ocurrir cuando se llega a la edad de entre los 30 y los 40 años. Esto se debe, probablemente a que durante estos años la gente comienza a mirar un poco más hacia su pasado.
No es que no estén pensando en su futuro, pero ya empiezan a pensar en cómo era que se hacían las cosas en su época. Cuando la gente entra en esta fase comienza a perder el interés en la música nueva, porque “la mejor música era la de antes”, no la de ahora. Si no me cree, pregúnteles a sus padres.
Eso no significa que ellos sean raros, anticuados o algo por el estilo. Lo único que significa es que a ellos les gusta la música con la que crecieron, y empiezan a pensar que la música nueva está hecha para los jóvenes, y no para ellos (hablo obviamente de los éxitos del momento).
¿Por qué? Porque la mayoría de los éxitos actuales son interpretados por gente joven. Por eso, a medida que vamos madurando nos identificamos menos con los éxitos y los artistas actuales.
A mis abuelos no les gustaba la música de mis padres. A mis papás seguramente no les gustaba la música que yo oía. Y si a mis hijas les gustan algunas de mis canciones, seguramente se debe a que ellas crecieron junto a un hombre de radio, que manejaba emisoras musicales para jóvenes. Pero esto seguramente es una excepción. Lo que sí es cierto es que lo más probable es que usted vivirá esta misma experiencia a medida que vaya envejeciendo.
Como dije atrás, estoy generalizando, así que no todas las personas pasan por este proceso. Seguramente alguno de ustedes conocerá viejitos que gozan oyendo y bailando reggaetón, música electrónica o viendo cómo Miley Cyrus se tiñe sus axilas de verde, pero creo que esa gente es la excepción, no la regla.
Además, estoy seguro de que hay gente adulta a la que le gustan algunas canciones nuevas, pero su corazón realmente palpita con las canciones que oyó en su etapa formativa.
¿Quiere hacer una prueba? Pregúntele lo siguiente a varias personas de edades diferentes: “Imagine por un momento que usted va a pasar un año en una isla desierta sin radio o televisión, pero se puede llevar un iPod con solo 10 canciones. ¿Cuáles serían esas canciones?”.
Seguramente encontrará que la mayoría de las canciones que selecciona la gente son de la época de sus años formativos. Los mayores de 60 probablemente escogerán canciones de los años 70. Los de 50 años querrán música de los años 70. Los de 40 escogerán canciones de los 80. Los de 30 buscarán temas de los años 90, y los veinteañeros seguramente querrán tener canciones del nuevo milenio, es decir, un mashup de reggaetón o EDM…