En México, hace unos días finalmente el Instituto Federal de Telecomunicaciones aprobó una disposición oficial (la cual entrará en vigor el 27 de julio) que exigirá a todos los fabricantes de smartphones que mantengan desbloqueado el chip. En los Estados Unidos, en cambio, todavía se discute la medida, pese a los esfuerzos de la industria de la radio, que ha promovido el movimiento Free Radio on My Phone.
La discusión se centra en el hecho de que en caso de emergencias, especialmente climáticas, la población pueda permanecer comunicada pese a un corte en la energía eléctrica y el Internet gracias a la radio, que, por otra parte, consume muy poca energía de los móviles.
Desde ese punto de vista, no debería siquiera haber dudas: se trata de un tema de seguridad que puede salvar vidas.
¿Por qué entonces no simplemente se activa el chip? La razón es muy sencilla: las compañías que ofrecen servicios de telefonía celular prefieren que el usuario utilice servicios que representan un gasto de datos móviles, como la descarga de podcasts, el streaming y la radio por internet. En cambio, para la radio FM el teléfono funciona como una antena, captando la señal sin más. Es un tema de negocio. Así de simple.
Podría parecer que en México se ha ganado esta guerra, pero no. Se habla ya de que los fabricantes preferirían no incluir el chip en sus productos, para así blindar el negocio de las compañías telefónicas, y están en absoluta posibilidad de hacerlo.
Eso daría inicio a un nuevo enfrentamiento, esta vez para que el chip se siga incluyendo y activando.
Es así que todavía hay mucho por definir en esta guerra. ¿Qué puede hacer la industria de la radio al respecto? Crear campañas que informen al público, seguir presionando y hacer entender a todas las partes que la posibilidad de salvar vidas es más importante que el negocio.