Información que sirve
Además de hacerse cargo de la conducción de Huevos, Friends Connection y un programa sobre cine, tres años después de su ingreso Sánchez Navarro se convirtió en gerente y programadora de Digital 99 durante más de diez años. También organizaba eventos y conciertos. Finalmente, en 2009 decidió que era hora de decir adiós. Lo hice paulatinamente, puntualiza. Cuatro años antes yo había hablado con mis jefes para decirles que, por mi edad, yo ya no iba con el formato de la estación, que era juvenil. Yo sentía que tenía que dar el siguiente paso. Renuncié primero a la gerencia, porque tuve hijos, que siempre serán mi prioridad. Eran lo que más deseaba en la vida, aunque mucha gente no me crea porque creen que tengo una imagen muy reventada. Luego dije adiós a Huevos y finalmente a Friends”. La salida de “La Chofas” del programa que había dirigido con empatía y oído comprensivo durante dieciocho años, fue noticia en la industria y una especie de shock para sus seguidores. Si bien los locutores habían sido naturales celestinas amorosas, escribió Claudia Segura para Milenio, fue Sofía Sánchez Navarro quien hace dieciocho años tomó el concepto y lo instaló en el oído de los jóvenes. Tal vez (algunos) antecedentes de nuestros padres como La hora de los Novios de Radio Variedades hubiera aparejado este contexto, o la legendaria Doctora Corazón que recibía (…) cartas solicitando consejos para remediar dolencias de amor. Pero en el terreno del radioescucha urbano, del oyente de nivel medio, medio alto y sobre todo en el argot de los adolescentes y los adultos jóvenes, Friends Connection ha sido una propuesta cursi, fresa, pegajosa (…) entendiendo a la Chofas como el juez de paz, como el mediador y hasta como intercesora familiar: mermeladas a los cariñosos, trompetillas a los de cascos ligeros o simples consejos de amiga, mamá joven y de maestra para tantos otros.
Lloré muchos días, reconoce la aludida, no paraba de moquear al aire. Tuve muchas muestras de amor de los artistas y de los radioescuchas, fue una gran despedida para mí. A pesar de que me llamaron de otros lados, tanto de tele como de radio, decidí seguir en la empresa que tanto me había apoyado, pero les pedí que me transfirieran a otra estación que me implicara más esfuerzo. Decidieron ponerme en un programa de noticias… y fue la pesadilla de mi vida. En este cambio sufrí más que cuando murió mi papá. Yo no soy periodista, venía de una estación musical, pero pensaron en mí porque su deducción fue más o menos ésta: `Sofía siempre ha sido empática con la gente, humana, cercana a historias ́, y eso era lo que necesitaban, querían darle la vuelta al formato de las noticias, querían a una mujer sensible que tocara el corazón de las personas y fuera más allá de la nota dura.
Así, en 2009 se integró al equipo de noticias de la 88.9, en el espacio que dejaba el reconocido conductor Guillermo Ochoa, acompañada en la conducción por Alfredo Romo. A partir del primer día me puse a estudiar, a leer periódicos y libros. Yo no tenía mucho conocimiento, por ejemplo, de temas sensibles como el narcotráfico, pero todos los días me dormía a las tres de la mañana por estarme preparando. Aprendí como nunca, pero sufrí. Fueron tiempos difíciles, incluso llegué a deprimirme y terminé en terapia. La gente hablaba muy bien del programa, pero yo sentía una profunda inseguridad. Mariano Osorio me reconfortó: `Sofía, tú tienes todo para hacerlo. Si te sientes insegura, estudia más. Pero puedes estar segura de que tienes todo para salir adelante ́. Entendí que tenía dos caminos: Renunciar y decir que no pude con el paquete, o seguir adelante y demostrar que sí podía. Opté por lo segundo y a partir del segundo año me holgué, me liberé, y desde entonces estuve muy feliz en el programa.
En 2013 Sofía regresó por un tiempo a una estación musical de éxitos en inglés, la 106.5 Mix. No estaba muy de acuerdo, aclara; tenía que levantarme más temprano y yo odio eso, además era música en inglés, que no es su favorita. Sofía se declara amante de la música italiana y los soundtracks de grandes películas. Un año más tarde abandonó esa emisora y Charo Fernández tomó su lugar. Charo tenía toda la experiencia del mundo, había estado en esa época maravillosa de WFM, y yo regresé 88.9 para hacerme cargo de un tipo de programa que siempre había sido mi sueño: un programa de revista donde pudiera hablar de todo, invitar a cualquier especialista o personalidad. Tengo autores, escritores, cineastas, hablo de pareja, de sexo, es decir, absolutamente de todo lo que se presenta en el camino.
Del verbo “abuelear”
En alguna ocasión, el empresario Juan Sánchez Navarro, el abuelo paterno de Sofía, comentó: Me gustaría ser recordado como un hombre muy consciente de sus obligaciones con la sociedad, su familia y consigo mismo, que ha participado en un aspecto de la vida mexicana con gran honestidad. En este sentido, la trayectoria de su nieta, su actitud ante cada reto que se ha presentado en su carrera y la entrega tanto hacia su familia como radioescuchas, parece dar buen testimonio de un verbo que se usa mucho en México: abuelear, es decir, heredar las características del abuelo. Aunque ella reconoce que no tuvieron una relación muy estrecha, no cabe duda de que de él heredó justamente el sentido de la responsabilidad, su preocupación con la sociedad y la honestidad. Sofía es, en cierto modo, la expresión de esos valores en mujer. En su programa, con frecuencia se muestra interesada en hablar de los valores humanos y temas como la dignidad de las personas, la superación y saber evolucionar.
Me gustaría ser recordada como una persona muy humana, termina con honda satisfacción, al recapitular lo que ha logrado hasta ahora. De corazón puedo decir que nunca me han interesado el éxito ni la fama; mi intención ha sido ayudar, servir, que la gente sienta que alguien la escucha y que los temas que trato sirvan para que alguien pueda transformar su vida. Me gustaría, en pocas palabras, ser recordada como un ser humano que se esforzó y trató de servir. Lo cual, sin duda alguna, ha logrado plenamente. Primero con una extraña pero popular receta de huevos con mermelada y confesiones adolescentes; luego, con algo menos colorido pero sí más significativo: brindando un ejemplo de superación y la manera correcta de reinventarse, pero también abrazando a sus radioescuchas con simpatía, generosidad y bondad. A veces con, a veces sin mermelada.
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