El oligarca que pagó a Putin y tiene en jaque a Estados Unidos
Mikhail Fridman es un oligarca ruso que hizo gran parte de su fortuna en el mundo del petróleo, especialmente con la venta en 2013 del 50% que tenía con otros tres millonarios en TNK, la tercera compañía energética rusa, a Rosneft, el gigante del crudo del país de Europa del Este, por 28.000 millones de dólares. Fridman puso a salvo su dinero, cobrado en rublos, en una cuenta en dólares en el Deutsche Bank, lo que le permitió esquivar la debacle posterior de la divisa del Gobierno de Moscú cuando las grandes potencias extranjeras castigaron al régimen de Vladimir Putin por la invasión de Crimea.
Después se trasladó a Londres y desde allí dirige su holding Alfa Group, un conglomerado con intereses en el mundo financiero, en el industrial, en el consumo -posee la mayor cadena de supermercados de Rusia- y de las telecomunicaciones. De hecho, es el principal accionista de Vimpelcom, la operadora moscovita con sede en Amsterdam y cotizada en Estados Unidos.
Forbes le atribuye una fortuna de 14.000 millones de dólares- que ahora está bajo vigilancia por la (FBI), (CIA), la SEC (la CNMV americana), el Departamento de Justicia y la Fiscalía Anticorrupción por los sobornos pagados y reconocidos a políticos de Uzbekistán y los presuntamente abonados a hijos de ministros del Kremlin.