En el mundo de las ventas, escuchar un “no” es más común de lo que parece. “No quiero una cita”, “ya probé y no funcionó”, “no voy a comprar”. Aunque puede desmotivarnos, cada negativa es una oportunidad para entender mejor al cliente y mejorar nuestra estrategia.
La clave está en preguntar, no en presionar. Saber si ese “no” se debe al presupuesto, al tiempo o a una mala experiencia pasada puede ayudarte a replantear tu enfoque. No se trata de forzar un “sí”, sino de descubrir si ese cliente es recuperable o si es momento de seguir adelante.
Insistir sin dirección solo desgasta tu energía, tu moral y tus ingresos. Aprender a soltar a tiempo también es parte del crecimiento profesional. El verdadero reto no es evitar el rechazo, sino saber cómo reaccionar ante el.
Porque a veces un “no” es solo un “todavía no”.
Y otras, es simplemente un “no”.
¿Tú sabes cuándo insistir y cuándo dar un paso al costado?
Esta nota fue realizada con base en un artículo publicado por Radio Ink.