El sonido tiene un poder inigualable para transportar, emocionar y conectar. Ya sea en televisión, podcasts, radio o Internet, el audio va más allá de ser un simple acompañamiento: es una herramienta para crear experiencias inmersivas. ¿Alguna vez has cerrado los ojos al escuchar una melodía o un efecto sonoro que pinta paisajes en tu mente? Ese es el verdadero arte del sonido.
Carl Stalling, el legendario compositor de los Looney Tunes, entendió esto a la perfección. Diseñaba paisajes sonoros que guiaban la animación, no al revés. De manera similar, el sonido cinematográfico nos envuelve en un «Audio Disneyland», un espacio donde cada elemento –natural, humano, musical o incluso loco– construye un universo único.
Pero no se trata solo de volumen o complejidad. La verdadera fuerza del audio radica en su capacidad de ser claro, impactante y memorable. Desde voces auténticas hasta efectos sonoros innovadores, el reto está en utilizar cada recurso con propósito. La creatividad es el pincel, y el sonido, el lienzo.
En un mundo donde la imagen suele robarse el protagonismo, ¿estamos subestimando la magia del sonido?
Esta nota fue realizada con base en una idea sacada de un artículo publicado por Inside Radio, con contenido de Alpha González.
