En el mundo de la publicidad, la mala praxis no es exclusiva de médicos o abogados. Los representantes de medios también pueden incurrir en prácticas negligentes, como no actualizar textos publicitarios o no ofrecer el servicio adecuado a sus clientes. Al igual que en otros campos, la falta de cumplimiento del deber profesional puede generar pérdidas o daños, y la responsabilidad recae tanto en el representante como en la gerencia por no capacitarlos adecuadamente.
Un representante de medios tiene la obligación de ofrecer resultados, asegurando que sus clientes obtengan un retorno de su inversión. Sin embargo, la mala praxis ocurre cuando, después de cerrar una venta, el representante no da seguimiento o permite que el mismo anuncio se mantenga sin actualizaciones, a pesar de que esto podría no ser lo mejor para el cliente.
Por otro lado, los gerentes tienen la responsabilidad de entrenar a sus equipos para que entiendan lo que implica ser un profesional en la industria de los medios. La falta de capacitación adecuada también se considera una mala práctica gerencial.
Al final del día, la confianza del cliente depende de la capacidad del representante para ofrecer resultados efectivos. ¿Estás haciendo lo necesario para evitar caer en la mala praxis en el ámbito de la publicidad?
Esta nota fue realizada con base en una idea sacada de un artículo publicado por Radio Ink, con contenido de Alpha González.
