En el mundo del marketing, una buena relación con los clientes puede ser más valiosa que cualquier venta inmediata. Como dice una de las mejores definiciones de marketing: «El marketing es la compra y venta de cosas con buena voluntad y con una ganancia. Si solo puedes tener una, elige la buena voluntad porque es la ganancia del mañana».
La clave del éxito no está solo en atraer clientes, sino en convertirlos en habituales. Un cliente que gasta 20 dólares a la semana puede generar hasta 30,000 dólares a lo largo de su vida. Además, los clientes habituales tienden a aumentar su gasto, recomendar el negocio y optar por productos de mayor valor.
Aunque adquirir nuevos clientes es costoso, mantener a los actuales es mucho más rentable. Para lograrlo, es fundamental entender por qué se pierden clientes y usar esa información para mejorar la experiencia de compra. Empresas exitosas hacen esto mediante encuestas y retroalimentación constante.
A menudo, el verdadero valor de la publicidad se ve a largo plazo. La primera compra de un cliente es solo la ‘punta del iceberg’. Un cliente satisfecho puede generar referencias y atraer más compradores, creando un efecto multiplicador que puede transformar cualquier negocio.
Al final, la publicidad no se trata solo de resultados inmediatos, sino de construir una base sólida de clientes que sean leales y se conviertan en defensores de la marca.
¿Tu estrategia de marketing está enfocada en la venta rápida o en construir relaciones a largo plazo?
Esta nota es una adaptación al español de un artículo publicado por Radio Ink.
