Muchos vendedores encuentran difícil decir tres pequeñas palabras a un cliente: «No lo sé». Sin embargo, admitir honestamente la falta de conocimiento es crucial en el proceso de ventas. Cuando un cliente hace una pregunta cuya respuesta no se sabe, en lugar de adivinar o inventar algo, es mejor responder con sinceridad.
Decir «No lo sé» y comprometerse a buscar la información correcta demuestra integridad y profesionalismo. Esta honestidad no solo gana el respeto del cliente, sino que también asegura que se proporcione la información precisa, beneficiando a ambas partes. Los clientes no esperan que los vendedores sepan todas las respuestas, pero sí valoran la transparencia y el esfuerzo por obtener la información necesaria.
Sin duda, ser honesto y admitir cuando no se sabe algo es una práctica que fortalece la relación con el cliente y fomenta la confianza, mejorando así la experiencia de venta.
Recuerda, la verdadera fortaleza en ventas no está en conocer todas las respuestas, sino en tener la valentía de ser honesto y la determinación de encontrar la verdad.
Esta nota fue realizada con base en una idea sacada de un artículo publicado por Radio Ink con contenido de Alpha González.