Sin duda el tener nuestros perfiles en redes sociales permite que todos los demás puedan observar nuestras prácticas, preferencias, gustos, actividades y demás, sólo en caso de ser posteadores constantes. Es muy importante que sepas que, si en tu trabajo te has esmerado en construir una imagen pública limpia, congruente, respetable, profesional y con muchas cualidades buenas, esto puede estropearse si es que está habiendo disonancia en todo lo que subes a redes.
Imagínate que dentro del trabajo eres un abogado muy reconocido por su integridad, por conocer al derecho y al revés las leyes, por tener los mejores contactos dentro de tu industria, pero un fin de semana de pronto empiezas a postear en tus redes contenido que indica que también eres organizador de caza de animales, una actividad que socialmente tiene una carga negativa; sin duda todo lo que te esmeraste en construir puede caer por completo ante esta falta de congruencia.
El ejemplo anterior puede quedarse en que los demás observen lo que haces y te juzguen en silencio o puede escalar, haciendo que algunas quejas lleguen a la compañía donde laboras con mensajes como: “Es increíble que tengan este tipo de gente en sus filas”.
¿Representamos o no a nuestras marcas? ¿Hasta qué momento dejamos de representarlas? ¿Al salir por la puerta del edificio? Sin duda no, y menos como figuras públicas que somos dentro del mundo de los medios de comunicación. Si tu fueras el dueño de una empresa de radio, ¿permitirías que tu reputación de marca se vea ensuciada por algún colaborador que está realizando algo que socialmente no es bien visto?
Ojo: Con una vez que en tus redes personales publiques algo de tu trabajo, automáticamente tu perfil profesional también se ligará en la mente de tus seguidores. Tus redes sociales son públicas aunque sean privadas.
A continuación te compartimos cinco puntos para lograr una vida digital íntegra y congruente, los cuales fueron compartidos por Adriana Peralta, profesional certificada en cumplimiento e integridad por la Universidad de Nueva York, con una Maestría en Protección de datos:
- Conocer derechos y obligaciones que tenemos todos los que abrimos una cuenta en redes sociales
Recuerda que una vez que posteas material en redes sociales dejas de cierto modo de ser dueño del contenido que ahí se sube, por lo que cualquier persona podría descargar fotos, historias o demás para usarlo a su favor. Mantente informado de los riesgos que podrías correr al implementar cada acción en tus perfiles digitales
- No todo debe y puede ser público
Vivimos tan inmersos en las redes sociales que en ocasiones muchas cosas que deberían permanecer privadas las hacemos públicas. Justo hay una frase que queda muy bien en este punto: “Sé amo de tu silencio y no esclavo de tus palabras”.
Un punto importante es que a veces cuando tenemos disgustos en lo laboral, vamos y explotamos en redes sociales sobre lo que pasó. Mucho ojo, la gente está leyéndote.
- Publica, comenta y comparte lo que debes, no lo que puedes
¿Lo que compartes, comentas y publicas habla bien de ti? En realidad, múltiples personas en redes sociales se dejan llevar por sus emociones y dicen todo tal cual lo sienten o piensan. Cuidado con eso, a veces somos más visibles de lo que pensamos, por lo cual, hacer esto podría jugar en nuestra contra.
- Vigila lo que se publica en redes sobre ti
Googlea de vez en cuando tu nombre y sé muy cuidadoso con las fotos en las que tus amigos te etiquetan, ya que a veces esto también podría afectar de cierto modo tu imagen pública.
- Responsabilízate
Todo aquello que publiques te va a perseguir. No subas nada cuando estás enojado, o información que ni siquiera te consta.
Esta nota fue realizada con base en un episodio del Podcast de Martha Debayle.