Los locutores que hablan y hablan de sí mismos pueden ser una verdadera molestia para sus oyentes. Aunque al principio pueden parecer simpáticos y carismáticos, a medida que comienzan a monopolizar la conversación en sus programas con sus propias proyecciones, su comportamiento puede resultar difícil de tolerar para los radioescuchas. En este artículo, exploraremos algunos de los problemas que pueden surgir cuando los locutores hablan demasiado de sí mismos y ofreceremos algunas sugerencias sobre cómo manejar a este tipo de locutores.
Uno de los principales problemas con los locutores es que a menudo ignoran las verdaderas necesidades y deseos de sus oyentes. En lugar de escuchar activamente y responder a las señales verbales y no verbales que indican el interés y la atención de los demás, estos locutores se enfocan únicamente en sus propios pensamientos y experiencias. Esto puede ser especialmente problemático cuando el objetivo es desarrollar temas relevantes que interesan a la mayoría de la audiencia.
Además, los locutores que hablan demasiado de sí mismos a menudo se sienten autorizados a hablar sobre cualquier tema, incluso si no tienen conocimientos o experiencia en ese tema en particular. Esto puede llevar a la propagación de información errónea o incluso peligrosa, lo que puede ser especialmente problemático en situaciones en las que la información precisa y confiable es crucial.
Por otro lado, también puede ser frustrante cuando estos locutores hablan de temas controvertidos, como la política o la religión, y expresan opiniones que no son compartidas por la mayoría de sus oyentes. En estos casos, puede ser difícil para los oyentes mantenerse escuchando el programa sin sentirse enojados.
Entonces, como programadores, ¿cómo podemos manejar a los locutores que hablan y hablan de sí mismos? Una estrategia efectiva puede ser establecer límites claros y comunicarlos con amabilidad pero de manera firme. Por ejemplo, puedes decir: «Entiendo que estás emocionado por tu última experiencia en el golf, pero me encantaría hablar un poco sobre fútbol ahora. ¿Qué piensas del partido del fin de semana pasado?»
También puedes pedir con anticipación que el locutor comparta la lista de temas a tratar en el programa, pero lo más importante es salir a la calle, hablar con los oyentes, hacer una encuesta o una sesión en la que se les pregunte a los oyentes cuáles son los temas de interés común o relevante para todos los presentes.
Te compartimos 5 consejos que pueden ayudarte a mejorar tu estilo de comunicación y a conectarte mejor con tus oyentes:
Escucha activamente: Asegúrate de escuchar atentamente a tus oyentes y responder a sus necesidades y deseos en lugar de solo hablar de tus propias experiencias. Escucha sus comentarios y preguntas, y utiliza esta información para guiar la conversación de una manera que sea interesante y relevante para ellos.
Comparte información valiosa: En lugar de hablar solo de tus propias experiencias y opiniones, intenta compartir información valiosa y relevante que pueda ser útil para tus oyentes. Investiga y prepárate con anticipación para poder brindar información precisa y confiable sobre temas que interesen a tu audiencia.
Evita monopolizar la conversación: Si bien es importante compartir tus pensamientos y experiencias, también es importante darle espacio a tus oyentes para que puedan expresarse y compartir sus propias ideas. Asegúrate de no monopolizar la conversación y deja que tus oyentes tengan la oportunidad de participar en la discusión.
Sé empático: Intenta ponerse en el lugar de tus oyentes y comprender sus puntos de vista. Escucha activamente y trata de entender sus necesidades y deseos. Esto te ayudará a conectarte mejor con ellos y a construir una relación más sólida.
Sé auténtico: Aunque es importante compartir información valiosa y relevante, también es importante ser auténtico y honesto en tus comunicaciones. No tengas miedo de mostrar tu personalidad y tu estilo de comunicación único. Esto puede ayudarte a conectarte mejor con tus oyentes y a construir una relación más genuina y auténtica.