La radio pública en Estados Unidos pasó un fin de semana estresante, esto luego de que el Senado votara el viernes pasado en favor de la Ley de Rescisiones 2025, en donde se acordó recortar 9 mil millones de dólares para algunas ayudas que el Gobierno Federal otorga, incluyendo 1,100 millones de dólares que estaban destinados a la radiodifusión pública para los años fiscales 2026 y 2027.
Donald Trump, presidente de Estados Unidos, envió esta iniciativa argumentando que NPR y sus afiliadas de partidistas son derrochadoras de dinero, y además, utilizan sus micrófonos para lanzar mensajes contra su administración. Esto ha hecho que se prevea una crisis financiera y operativa para las emisoras públicas, comunitarias e indígenas del país.
Al respecto de esta decisión, Richard Eiswerth, presidente, gerente general y director ejecutivo de Cincinnati Public Radio, envió un mensaje al personal de su emisora: “Esta es una amenaza verdaderamente existencial. En las próximas semanas y meses, veremos impactos devastadores en estaciones individuales de todo el país, especialmente en aquellas que prestan servicios a poblaciones rurales, minoritarias y nativas americanas”.
Por otro lado, Katherine Mahe, presidenta y directora ejecutiva de NPR dijo que este hecho era “un desmantelamiento injustificado de las queridas instituciones cívicas locales, y una ley del Congreso que ignora la voluntad pública”.
Con este recorte, muchas emisoras públicas que reciben dinero de la CPB, institución encargada de repartir los presupuestos federales para la radio, se quedarán sin más del 50 % del dinero con el cual operan y se mantienen al aire.
Algunas de las emisoras públicas prevén que, tras este recorte, aunque sobrevivirán, tendrán que despedir a decenas de empleados de sus plantillas. Los ejecutivos de las estaciones dicen que este movimiento es un intento vil de ‘debilitar’ a los medios públicos de todo el país.
Esta nota fue realizada con base en un artículo publicado por Radio Ink.