En algún momento me tocó vivir una experiencia especial. La empresa de radio para la cual trabajaba decidió adoptar la misma nomenclatura de cargos usados en las otras empresas del conglomerado, que incluía una aerolínea, una cervecería, entidades bancarias y de seguros, incluso una empresa pesquera y otros negocios más.
Uno entiende que este tipo de grandes conglomerados quieran unificar criterios para facilitar el manejo de sus organigramas, líneas salariales y demás temas organizacionales, pero a veces es complicado manejar de la misma forma, por ejemplo, un banco y una estación de radio.
Cada una tiene sus propias características, incluso su propia jerga y manejo del personal.
En el caso específico de la radio, donde el producto es algo que se desvanece en el aire, que no es tangible y que depende en gran medida de los talentos al aire, es muy difícil tratar de crear un paralelo con el trabajo de un cajero de banco.
El caso es que, en una de esas etapas de unificación de criterios, llegó una nueva nomenclatura para los cargos de las emisoras y, a partir de ese momento, a los directores de emisora se les cambió el nombre por el de jefes de emisora.
Yo sé que parece un cambio muy sutil, pero a nosotros nos sonaba más a un nombre correspondiente al encargado de una línea de ensamblaje o al capataz de una obra.
Como sea, donde manda capitán no manda marinero, y nos tocó aceptar a regañadientes ese título.
¿Y entonces, cómo llamar a la persona encargada de manejar talentos, productores y programadores y fijar estrategias de programación, promoción y activaciones?
Los estadounidenses le llaman director de Programación. En otras partes le llaman director Artístico o simplemente director de Emisora. Incluso, algunos le ponen un nombre más sofisticado, como jefe de Productos de entretenimiento.
Sí, eso de los nombres de los cargos ha venido cambiando con el tiempo. Ya hoy es difícil encontrar secretarias. Ahora se les llama asistentes. Pero esto sucede en todos los niveles.
Ya no encontramos presidentes o vicepresidentes sino iniciales en inglés, que los hace lucir más sofisticados. Es lo que los estadounidenses llaman ahora la Suite-C:
- CEO (Chief Executive Officer): Director Ejecutivo. Es el máximo responsable de la empresa, tomando decisiones estratégicas y supervisando todas las operaciones.
- COO (Chief Operating Officer): Director de Operaciones. Gestiona las operaciones diarias de la empresa, asegurando su eficiencia y eficacia.
- CFO (Chief Financial Officer): Director Financiero. Se encarga de las finanzas de la empresa, incluyendo la planificación financiera, la contabilidad y las inversiones.
- CTO (Chief Technology Officer): Director de Tecnología. Lidera el desarrollo e implementación de la tecnología en la empresa.
- CMO (Chief Marketing Officer): Director de Marketing. Desarrolla e implementa las estrategias de marketing de la empresa para aumentar las ventas y la conciencia de marca.
- CHRO (Chief Human Resources Officer): Director de Recursos Humanos. Administra el talento humano de la empresa, incluyendo la contratación, la capacitación y el desarrollo.
- CDO (Chief Data Officer): Director de Datos. Gestiona los datos de la empresa y desarrolla estrategias para su análisis y uso.
- CISO (Chief Information Security Officer): Director de Seguridad de la Información. Protege los sistemas informáticos y la información de la empresa contra las amenazas cibernéticas.
- CCO (Chief Customer Officer): Director de Clientes. Se centra en mejorar la experiencia del cliente y aumentar la satisfacción de este.
- CSO (Chief Sustainability Officer): Director de Sostenibilidad. Lidera las iniciativas de sostenibilidad de la empresa para reducir su impacto ambiental y social.
Basado en lo anterior, ya no tiene nada de raro encontrar directores de emisora cuyo nombre se haya cambiado ahora a director de Contenidos.
¿Qué distingue a un excelente director?
Como sea que quieran llamarle ahora, lo cierto es que cualquiera que trabaje en radio anhela dirigir una emisora. Diseñar una programación, conseguir los talentos, planear eventos y activaciones, estar en contacto con artistas y gente de la industria, crecer en su carrera profesional… Todo es parte del juego.
Y aunque esté seguro de tener las aptitudes necesarias para lograrlo, hay una serie de características que son las que distinguen a un simple director de un excelente director.
A continuación, presento 25 de esas características. Léalas con atención. Estúdielas. Fíjese si las tiene o si puede trabajar en conseguirlas antes de aplicar a este cargo que, de pronto, usted aspira o le han ofrecido en su empresa o en la competencia.
- Un buen director de emisora tiene una profunda comprensión del panorama mediático en constante cambio: Esto incluye estar al día con las últimas tendencias en tecnología, consumo de medios y comportamiento de la audiencia.
- Un buen director de emisora debe ser un líder creativo e innovador: Debe ser capaz de desarrollar ideas nuevas y originales para la programación, tanto para el aire como para las plataformas digitales.
- Un buen director de emisora debe tener sólidas habilidades de gestión: Debe poder gestionar un equipo de empleados de manera efectiva, delegar tareas y motivar al personal.
- Un buen director de emisora debe ser un experto en marketing y promoción: Debe ser capaz de promocionar la estación de radio en todos los canales, incluyendo las redes sociales, las plataformas de streaming y los medios tradicionales.
- Un buen director de emisora debe tener excelentes habilidades de comunicación: Debe poder comunicarse de manera efectiva con una variedad de audiencias, incluyendo oyentes, anunciantes y miembros del equipo.
- Un buen director de emisora debe ser un analista de datos: Debe ser capaz de comprender y analizar datos de audiencia y escucha para tomar decisiones informadas sobre la programación y el marketing.
- Un buen director de emisora debe tener una pasión por la radio: Debe ser un apasionado de la radio y del poder que tiene para entretener, informar y conectar con las personas.
- Un buen director de emisora debe estar a la vanguardia de las tendencias: Debe ser proactivo en la búsqueda de nuevas oportunidades para la estación de radio en el mundo digital.
- Un buen director de emisora debe ser adaptable y flexible: Debe ser capaz de adaptarse a los cambios rápidos del panorama mediático y estar dispuesto a probar cosas nuevas.
- Un buen director de emisora debe tener una visión estratégica: Debe tener una visión clara para el futuro de la estación de radio y ser capaz de desarrollar un plan estratégico para alcanzarla.
- Un buen director de emisora entiende que todos los talentos del aire están ansiosos por recibir su retroalimentación.
- Un buen director de emisora programa regularmente sesiones de Aircheck con todas las personas que salen al aire, incluyendo a los que trabajan a medio tiempo.
- Un buen director de emisora espera y anima a que cada locutor sea mejor hoy de lo que era hace seis meses.
- Un buen director de emisora va a donde su personal y le pregunta: «¿Qué puedo hacer para que usted pueda hacer un buen trabajo todos los días?»
- Un buen director de emisora es un entrenador. El equipo se gana el crédito cuando les va bien en la encuesta, y asume la mayor parte de la culpa cuando no les va tan bien.
- Un buen director de emisora inspira. Con su comportamiento hace sentir al personal a su cargo que es capaz de lograr cualquier cosa.
- Un buen director de emisora motiva. Algunas personas responden bien a los gritos. Otros requieren un tratamiento más suave. Un buen director de emisora no tiene un solo estilo de motivar a la gente, porque eso limitaría su potencial.
- Un buen director de emisora es quien cuida la marca. Procura que se cumpla lo que se promete al aire a sus oyentes, y defiende a capa y espada el producto con el fin de que el área Comercial no vaya a perjudicar la programación.
- Un buen director de emisora reta a su personal para que mejore, pruebe cosas nuevas, se arriesgue y descubra nuevas y mejores formas de deleitar al público.
- Un buen director de emisora ayuda al personal a desarrollar todo su potencial. Si después de cinco años un locutor sale de la emisora sin mejorar su capacidad de comunicarse con los oyentes y sin tener claro el camino de su carrera profesional, es el director de emisora quien falló.
- Un buen director de emisora crea el tipo de ambiente que hace que la gente quiera estar allí, incluso si los turnos son largos y el dinero es poco.
- Un buen director de emisora tiene el trabajo más solitario de toda la oficina. Aunque puede actuar como compañero y asesor de sus locutores, no puede ser su amigo.
No puede festejar con ellos. No puede ser «uno de los muchachos», porque habrá momentos en los que esa ‘amistad’ entre en conflicto con su deber como director.
Cuando no tiene idea de qué hacer en una situación de programación, no puede admitirlo ante el personal a su cargo porque perderá su confianza. Y no puede admitirlo ante la alta gerencia, porque ellos confían en que es él quien tiene todas las respuestas.
- Un buen director de emisora nunca permite que nadie en la oficina olvide que lo primordial es el oyente, no la gente de la emisora.
- Un buen director de emisora quiere ganar, y entiende que «ganar» no es «vencer a la competencia». Mientras el éxito se mida en número de oyentes o participación de mercado, la emisora que gana es la que, al final, consigue el mayor número de oyentes leales y fanáticos.
- Un buen director de emisora hace que el personal a su cargo se alegre de haber elegido la radio como la carrera de su vida.
Conclusión
Si lo que usted desea es hacer una carrera en radio y distinguirse ante sus colegas, trabaje seriamente en ello. La radio es mucho más que abrir un micrófono y entretener al público.
Un abogado, un médico, un arquitecto estudia años y aprende técnicas y metodologías para sacar adelante su carrera. En radio también hay que tener esa disciplina.
Como recomiendo siempre, lea, estudie, investigue, ensaye, equivóquese y aprenda de sus errores.