Programadores suelen pedirles a los locutores que le impriman más energía a sus discursos al aire, sin embargo, al no haber una guía exacta de lo que se requiere, los talentos naturalmente empiezan a hacer cosas erróneas, es decir, a entonar de más las palabras equivocadas, a hacer pausas donde no debe haberlas, etc.
A veces el poder de un mensaje no sólo depende de la entonación con la que se dé, sino también con lo ‘coloridas’ que sean las palabras que se utilicen. Por ejemplo, no es lo mismo decir: “Buenos días, querido público, hoy estoy muy feliz de estar nuevamente acompañándote”, que decir: “Mi querido oyente, para mí es un privilegio estar contigo las próximas cuatro horas y acompañarte al trabajo, la escuela o hasta la cocina”.
El lenguaje colorido es mucho más convincente, humano, cálido, cercano, pero, sobre todo, tiene la capacidad de conectar más rápido con los sentimientos de los oyentes; además, usar esta forma de comunicarte ayudará a ‘provocar’ a los radioescuchas a que estos quieran participar de tu charla. Por ejemplo, no es lo mismo proponer un tema al aire de la siguiente forma: “Los hechos que han modificado tu vida”, que preguntarle a la audiencia: “¿Cuáles son los tres eventos canónicos de tu vida?”.
La energía no precisamente tiene que ver con hablar fuerte, rápido y con variaciones tonales.
Esta nota es una adaptación al español de un artículo publicado por Tracy Johnson a través de tjohnsonmediagroup.com