Todo en esta vida significa una toma de decisiones constantes, desde si te levantas temprano o apagas el despertador y te duermes 10 minutos más; hasta lo que vas a vestir o lo que has de desayunar. Probablemente los ejemplos dichos son comunes y no afectan a nadie más, sin embargo, esta toma de decisiones en otras esferas si involucran los intereses de otras personas, como en el trabajo, por ello es muy importante siempre evaluar los riesgos de todas las cosas que elegimos.
Según Rebeca Muñoz, Mind Coach, al día tomamos alrededor de 80,000 decisiones. ¿Te imaginarías eso? El hacer esta actividad tan cotidiana es la habilidad de responder ante todas las cosas que se presentan diariamente. ¿Sabes por qué al 90 % de las personas no les suceden cosas buenas? Porque no saben qué desean y con base en ello van decidiendo mal siempre que se les presenta una situación un poco complicada.
Antes de pasar a los pasos para tomar mejores decisiones, debes saber que hay seis roles de vida en donde regularmente estamos eligiendo: personal, profesional, social, digital, pareja y familiar.
“Si no sabes qué quieres, comienza por definir qué no quieres”. Asume la responsabilidad de tu vida.
- Identifica el problema
Un problema surge cuando hay una alteración del estado natural o ‘normal’ dentro de una organización, lo cual suele poner en alerta a los responsables de una o más áreas. Date el tiempo de analizar la situación desde diferentes ángulos.
- Conoce las múltiples soluciones
Haz una lista de múltiples soluciones y lo más importante, no descartes ninguna de entrada, aunque te parezcan absurdas, ya que este abanico de posibilidades te permitirá complementar lo que vayas a elegir.
- Evalúa si varias de tus opciones serán viables
Hay ocasiones en que un problema puede remediarse de distintas formas, en donde una de tus soluciones sólo potencia o es la antesala para gestionar mejor tu decisión final.
- Elige tus opciones
Una vez que ya tengas una escala de viabilidad de tus opciones, es momento de elegir cuáles sí irán y cuáles se descartarán por completo.
- Lleva a cabo la implementación
Con base en una planeación estratégica, lleva a cabo tu implementación de soluciones involucrando a las áreas afectadas.
- Evalúa la efectividad de tu decisión
Después de un tiempo que hayas implementado tu decisión final, es decir, las soluciones, verifica si se corrigió el problema detectado al principio. Evalúa en qué porcentaje corregiste.
Al hacer este proceso de toma de decisiones en repetidas ocasiones, te darás cuenta que tus resultados casi siempre serán los deseados, lo cual te permitirá casi siempre ir en la dirección correcta en tu carrera gerencial.
Esta nota fue realizada con base en un episodio del Podcast de Martha Debayle y con base en un artículo de Entrepreneur.