¿Ser un radical al micrófono o no ser? ¿Parecer un extremista o un tibio? Sin duda este tema nos dará mucha tela de dónde cortar. ¿Te ha pasado que tienes una opinión muy particular sobre un tema, pero al quererla expresar tu productor o los ejecutivos de la emisora te detienen antes de hacerlo? Es bueno tener puntos de vista definidos sobre temas polémicos, sin embargo, el expresarlos puede incluso golpear la imagen pública que te has esmerado en construir a lo largo del tiempo.
Aquí hay un dilema, y más si eres un locutor de un programa de contenidos hablados, la gente quiere sentirse representada por sus comunicadores, quieren que estos tengan posturas, pero, ¿hasta qué punto uno se debe arriesgar a decir algo polémico y hasta qué momento es mejor mantenerse al margen?
Se me viene un ejemplo muy puntual a la mente. En el 2021 mientras nos encontrábamos en la época más fuerte de la pandemia, hubo tres locutores de radio (que yo recuerde), muy conocidos en Estados Unidos, los cuales eran bastante radicales con el tema de COVID-19; estos personajes diario vociferaban una serie de teorías conspirativas para que la gente no creyera en esta enfermedad; tristemente, al paso del tiempo los tres enfermaron y murieron por causa de complicaciones respiratorias. En este caso el radicalismo les jugó una mala pasada, ya que estos comunicadores ni siquiera dejaban lugar a duda al respecto de sus ideologías
Al final tú vas a decidir cómo va a ser la personalidad que construyes para mostrar al aire, sin embargo, a continuación te dejamos algunos pros y contras de ser un radical con tus opiniones al micrófono:
Pros
- Es más fácil hallar tu público objetivo
- Serás percibido como alguien estructurado y con identidad propia
- Tendrás una clara diferenciación de percepción entre otros locutores
- Facilidad de convertir tu contenido en viral en redes sociales
Contras
- No darse la oportunidad de cuestionar el propio pensamiento
- Ganar más haters de lo ‘común’
- A veces dar opiniones que violenten a ciertos sectores de la sociedad
- Perder alianzas y patrocinios con marcas
- Puedes quedar en ridículo si se comprueba públicamente que lo que defiendes es falso
¿Te has posicionado como un locutor radical hasta el día de hoy?
