Opinión
En los últimos días me he dado a la tarea de monitorear algunas dinámicas que las emisoras más exitosas de la Ciudad de México implementan con sus oyentes al momento de regalarles pases para ir a conciertos, al cine o algunos otros eventos. Muchas de ellas son divertidas y creativas, pero otras realmente caen en el punto de ridiculizar al oyente y personalmente escribo esta columna para hablar sobre ello, porque a veces ‘abusamos de la necesidad que nuestro público tiene por ganar algo que realmente desea’.
Imagínate que de pronto viene un artista de talla internacional a tu ciudad y no completas ($) para el boleto, sin embargo, por hacer el ridículo algunos minutos, una emisora te garantiza el estar dentro del show, ¿Desde luego que aceptas el reto no? No se trata de eso.
¿Te ha pasado que escuchas alguna dinámica y en tu mente piensas, “realmente ahora sí se pasaron”?
Se trata de ser entretenidos y que incluso los que escuchan disfruten el momento en que alguien más gana un premio. No intento ser moralista sobre este tema, sin embargo, como productores, o locutores también debemos proteger a nuestra audiencia.
La idea de este artículo surgió cuando estaba escuchando una emisora Top 40 de CDMX y de pronto me di cuenta de que se estaban regalando pases para una premier exclusiva que la estación tendría de la nueva película ‘Lightyear’, misma que es producida por Disney Pixar. A ese concepto radial se le ocurrió la brillante idea de elegir una llamada al azar y la persona en cuestión debía hablar por un minuto como el personaje animado. Eso realmente era una mofa del radioescucha, lo cual rayó en lo ridículo e irrespetuoso. Imagínate, un oyente locutando con una voz estilo ‘Barney el dinosaurio’ por un minuto.
También recuerdo que hace algunos años escuché otra dinámica en donde las personas debían salir a la calle gritando que amaban la estación con la que estaban participando y también debían grabarse al momento de hacerlo. Por supuesto que en redes sociales publicaban los videos ganadores y aquello realmente resultaba innecesario. Las personas alrededor de quien realizaba la dinámica no sabían qué pasaba y sólo hacían cara de incertidumbre o se burlaban del oyente.
A pesar de todo, hay mucha gente que sí o sí le entra a las dinámicas, por lo cual, este tipo de implementaciones ‘pesadas’ siguen llevándose a cabo; y aunque si bien debemos poner un grado de dificultad al momento de dar premios muy codiciados, yo te invito a que no ridiculices a los que te dan de comer día con día, es decir, a tus oyentes.
¡Al radioescucha se le cuida!
