La radio es mi pasión. Gracias a ella, a mis 67 años ya puedo vivir cómodamente pensionado en las costas de la Riviera Maya mexicana, cerca de Cancún, Playa del Carmen y Tulum.
Pero más allá de ese privilegio, ganado con mucho esfuerzo y trabajo, me encanta decir que la he disfrutado al máximo. Es algo que se lleva en las venas. A veces pienso que muchos de quienes trabajamos en ella nacimos para esta labor.
En Caracol Radio tuve a mi cargo más de 60 emisoras musicales en Colombia. En RCN eran más de 80. Y mi contacto permanente con directores y programadores me dio la magnífica oportunidad de aprender cada día más, gracias a los excelentes talentos con los que tuve la oportunidad de trabajar.
Recorrí el país de punta a punta, desde las ciudades más importantes hasta pequeñas poblaciones, y en esa diversidad de situaciones aprendí que cada quien tiene su forma de programar la música, de enganchar a la audiencia con las canciones, de entretener al público con su forma de programar.
Algunos tienen metodologías sofisticadas, saben usar softwares de programación a la perfección. Otros lo hacen de manera intuitiva. Elaboran listas a mano o en una simple hoja de Excel.
Como sea, en sus manos está la importante tarea de hacer que los oyentes se queden más tiempo en la emisora y entiendan que lo que escuchan es mejor que lo que podrían encontrar en una playlist de Spotify o YouTube hecha por un algoritmo.
Y precisamente en momentos en que hay más competencia por el tiempo del público para entregar entretenimiento y buena música, se hace necesario afinar cada vez más las habilidades de programación. Cada vez más hay que asegurarse de tocar los verdaderos éxitos, dejar de lado las canciones de relleno, y buscar solo la música que despierte pasión en el oyente.
Si usted es un programador de una emisora musical y quiere afinar su trabajo, quiero recomendarle que tenga en cuenta los siguientes puntos antes de trasladar su playlist al software de emisión. No importa si la programación la hace a mano o con un software, procure tener en cuenta lo siguiente:
1. Rotación horizontal
Las canciones deben rotar. Deben tener una repetición programada. Recuerde que un oyente normal no escucha su emisora todo el día sino un segmento cada vez más pequeño, que puede llegar a ser de solo 20 minutos o una hora.
Por esta razón usted debe asegurarse de que, siempre que un oyente sintonice su emisora, un oyente encontrará los éxitos, sus canciones favoritas en ese corto lapso de tiempo. Y para eso solo hay una solución: la llamada ‘rotación horizontal’, es decir, la repetición de los éxitos a lo largo del día.
Decida cada cuánto va a repetir sus canciones más importantes. Si es un éxito del momento y su oyente promedio solo escucha su emisora 1 hora al día, debería repetir esa canción al menos cada hora y media, aunque algunos más conservadores lo harán cada 2, 3 o 4 horas. La decisión es suya.
Eso sí, no es lo mismo una emisora de éxitos actuales, que debe repetir muy seguido sus canciones, que una emisora que pone música de catálogo y cuya repetición debe ser muchísimo menor.
¿Cómo están rotando sus canciones? ¿Cada cuánto? ¿Está seguro de que son verdaderos éxitos?
2. Rotación vertical
En vista de que está repitiendo sus canciones varias veces al día, debe asegurarse de que no caigan a la misma hora todos los días. Si un éxito sonó ayer a las 10 de la mañana, procure que hoy suene a las 9 o a las 11.
A esto se le llama ‘rotación vertical’, es decir, a lo largo de la semana.
Así mismo, usted puede hacer que una canción sea programada primero en otras franjas del día antes de volver a sonar en la misma. Es decir, si un día sonó en la mañana, al día siguiente deberá sonar al mediodía, luego en la tarde, después en la noche y más tarde en la madrugada antes de volver a sonar nuevamente en la mañana.
3. Uso de estilos musicales
La variedad, esa característica que tanto piden los oyentes, se puede dar de varias formas: ritmo, antigüedad, idioma, sexo o género de los intérpretes, estilos personales…
Pero lo que más puede influir en esa variedad es el uso adecuado de los géneros musicales que componen la base de su programación.
Es clave definir cuáles géneros deben sonar y, muy especialmente, cuáles no hacen parte de su sonido. Una vez definido, hay que decidir cuáles serán los géneros primarios, los que más identifican a la emisora, y cuáles serán los secundarios, que son los que agregan ‘color’ y rompen la rutina.
No es necesario que cada canción sea de un género diferente. Usted puede secuenciar varias canciones de un mismo género sin problemas. Eso sí, procure que tengan un sonido, unos arreglos, unas voces diferentes o tratar de que no sean de la misma época.
De todos modos, haga que los géneros primarios de su emisora queden representados en cada cuarto de hora de su programación. Es decir, si yo sintonizo su emisora y la escucho solo durante 15 minutos, me debe quedar claro cuál es el sonido que usted ha definido para ella.
Recuerde que los oyentes están entrando y saliendo de la sintonía de manera permanente y que normalmente no se quedan horas y horas escuchando su emisora. Y que siempre habrá un oyente nuevo que no había probado su estación.
Haga lo posible por no juntar 2 canciones de un mismo género que sea demasiado rápido o lento, o que sea muy diferente a los demás. Por ejemplo, juntar dos canciones de Merengue en una emisora cuya base de programación es la Salsa puede sonar chocante.
Los softwares de programación traen una característica que se llama “Código sonoro”. Aproveche esa opción para clasificar sus canciones por género musical. Recuerde también usarla para lo que fue concebida: marcar canciones apropiadas para días lluviosos, canciones de Pop con dembow, canciones para hacer ejercicios, canciones de fin de semana, etcétera.
4. Separación de artistas
Antes que nada, es clave que usted defina cuáles serán los artistas bandera de su estación. Se trata de esos cantantes y agrupaciones que mejor definen e identifican el sonido de su emisora. Asegure que siempre haya canciones de ellos sonando en todas las horas del día.
Así mismo, procure que no suenen dos canciones de un mismo artista en la misma hora, a no ser que lo haga a propósito. También, al igual que con la rotación vertical de las canciones, trate de que un mismo artista no suene todos los días a la misma hora. Igualmente, que no pasen muchas horas sin que suene un artista y luego, de repente, suene cada hora.
De la misma forma, hay artistas que tienen un sonido y un estilo muy similar. Procure que tengan una separación adecuada para no hacer aburrida su programación musical.
5. Balance por ritmos
Esta característica es muy fácil de comprender. Sin embargo, muchas veces se cae en el error de no revisar de antemano la programación y aparece una seguidilla de canciones demasiado lentas o muy rápidas.
En Colombia, muchos llamarían a esta característica como “curva musical”, pensando en que la música debería fluir como una onda, con picos alegres y lentos.
Sin embargo, al igual que con los artistas bandera y los géneros musicales, al definir el formato musical se debe determinar si se trata de una emisora alegre, tranquila o de ritmo medio. De esta forma se dará prioridad a ciertos ritmos.
Lo habitual es calificar cada canción de 1 a 5, donde 1 representa un ritmo muy lento y 5 uno muy rápido.
Aquí también hay que tener cuidado en que no se produzcan lo que los estadounidenses llaman “choque de trenes”, refiriéndose a esos momentos en los que, por ejemplo, luego de una canción muy rápida (5) se empata una canción muy lenta (1).
Para ello, los softwares de programación traen una regla que permite definir el ‘salto’ máximo entre una canción y otra. Por ejemplo, si ese ‘salto’ máximo hacia arriba es de ‘3’, nunca se programará una canción con calificación ‘5’ luego de una con calificación ‘1’ (1 + 3 = 4).
Otro ejemplo sería al revés: si el ‘salto’ máximo hacia abajo es de 3, nunca se programará una canción ‘1’ luego de una ‘5’ (5 – 3 = 2)
6. Reconciliación de la lista
Esta acción es poco utilizada por los programadores, generalmente por pereza y por no entender claramente de qué se trata esa ‘reconciliación’.
Cuando se programa una hora de música, es posible que haya algunas canciones que no alcanzan a sonar, ya sea porque el locutor habló mucho, porque la tanda comercial estaba muy larga, porque la duración de las canciones era más grande que lo planeado o por cualquiera otra circunstancia.
Como se sabe, un software de programación no piensa, sino que sigue las órdenes que le da el programador. Por esta razón, si al software no se le dice que tales canciones no sonaron hará de cuenta que sí lo hicieron, y tendrá en cuenta ese hecho para el siguiente proceso de programación.
Supongamos que habíamos programado el nuevo éxito de Becky G y Karol G a las 11 de la mañana, pero no alcanzó a sonar porque se acabó el tiempo. Para el software de emisión sí sonó, y lo tendrá en cuenta para la rotación más adelante. Sin embargo, sabemos que eso no es cierto.
Con éxitos que suenan muchas veces al día, probablemente no sea un problema, pero supongamos que la canción que no sonó en otra emisora fue “A dónde irás sin mí” de la Puerto Rican Power. Es un gran clásico de la Salsa que solo suena 1 o 2 veces a la semana.
Aunque no sonó, para el software sí lo hizo, así que se demorará en programarla de nuevo, por lo que es posible que pase una semana o más sin que vuelva a sonar. Es decir, podrían pasar 2 semanas sin que esa canción haya sido escuchada por los oyentes de la emisora.
Y esto puede suceder con varias canciones al día. Si cada hora deja de pasar 1 o 2 canciones, al final del día podría ser que no sonaron 20 o más canciones. Eso puede ser un problema.
Por eso es clave que cada locutor anote cuáles canciones no alcanzaron a sonar en su turno y que el programador las tenga en cuenta para programarlas de nuevo en días posteriores. A este proceso se le llama ‘reconciliación’.
Conclusión
Muchas veces, por pereza, por afán o simplemente por desinterés, un programador no le presta atención a los detalles, sin saber que eso es lo que precisamente diferencia a un simple ‘programador’ de un ‘gran programador’.
Aunque su emisora tenga muy buenos locutores, un vestido promocional y de marca impecable, muchos concursos y campañas publicitarias y un gran manejo en redes, si no programa bien su música será un caso perdido, o al menos necesitará una gran inversión en mercadeo para ganar la carrera por la audiencia.
Aunque suene obvio, la música es el activo más importante de una emisora musical. Es donde más cuidado hay que tener.
De hecho, muchos gerentes creen que comprar un software de programación musical es un gasto innecesario, pero no piensan lo mismo cuando hace falta un repuesto para la unidad móvil o para reparar un enlace de FM.
Si usted se considera un profesional de la programación, entienda que su foco debe estar en cuidar todos los detalles. Eso es lo que no pueden hacer los algoritmos de las plataformas de streaming y lo que diferenciará una emisora buena de una mala.