A estas horas de mi vida, cuando llevo más de 45 años de hacer radio, todavía me sigo preguntando por qué llegué a esta profesión. Y la verdad es que no tengo muy claro el asunto.
Desde muy pequeño sentí amor por todo lo que tuviera que ver con la radio y la música. Cuando tenía 3 o 4 años, mi papá trajo a casa una grabadora magnetofónica de carrete abierto (open reel), y mis hermanos mayores me cuentan que agarraba el micrófono y cantaba los jingles de los productos de moda.
De adolescente construí en mi cuarto una consola de madera que controlaba, mediante interruptores, las luces, los parlantes y otros aparatos electrónicos. Era un control remoto que me permitía jugar con todos esos implementos.
Infortunadamente nunca pensé en seguir una carrera de electrónica. Pienso que me hubiera ido bien. Y lamento que mis padres no hubieran descubierto en mí esa pasión escondida para apoyarme y guiarme en esa dirección.
Al mismo tiempo, me gustaba la publicidad. La idea de realizar avisos para que mucha gente los leyera me llamaba mucho la atención. En el fondo, tenía un gran interés en comunicar, en mostrar lo que hacía. Supongo que era más un afán artístico…
Algo en mi interior me movía a transmitir lo que hacía. Con un vecino creamos un periódico de barrio en el que contábamos los chismes de lo que pasaba entre nuestros vecinos: quién tenía novia nueva, quién había peleado con quién, cuál era la mamá más regañona del barrio, cosas por el estilo.
Y de esa forma, también terminé construyendo una emisora experimental de radio en A.M., basada en los planos de un libro de Mecánica Popular.
Cuando por fin logramos ponerla al aire me encontré con un problema: no sabía qué iba a transmitir por ella. Nunca había ido a una emisora de verdad. No sabía cómo hacer para poner discos sin hacer un bache entre dos canciones. No sabía cómo hacer locución sobre la música.
Por eso mis primeras transmisiones consistieron en poner un disco que tuviera todas las canciones pegadas entre sí, lo que no es fácil de encontrar. Ahí fue cuando apareció mi amigo Donnie Miranda, quien me prestó el disco “El Dorado” de la Electric Light Orchestra, un álbum conceptual que tenía todas las canciones unidas entre sí, sin baches entre tema y tema.
Pero la emisora no tenía ninguna gracia. Sabía que tenía que haber locución para atraer a los posibles oyentes, así que me tuve que inventar la forma de grabar programas con locución.
Me extendería mucho contando acá todo lo que hice para poder hablar encima de la música y empatar las canciones pero, al final, en octubre de 1975, hace 45 años, grabé mi primer programa de radio en un casete, el mismo que llevaría a una emisora comercial de A.M. llamada Emisoras El Poblado y que dio inicio a mi carrera profesional.
Lo que quiero decir es que comencé a hacer locución porque no había quién más la hiciera. Esa no era mi intención. De hecho, ni siquiera pensé que tuviera las habilidades ni la voz para hablar en radio. En esa época, la locución era mucho más formal y se privilegiaban las voces gruesas y engoladas.
Al final terminé haciendo locución. Creo que, sin buscarlo, me volví locutor, presenté programas, grabé muchos comerciales y lo he disfrutado sin parar.
Y usted, ¿por qué quiere ser locutor comercial? ¿Por qué quiere ser actor de doblajes? ¿Por qué quiere ser un voice-over? ¿Está seguro de tener las condiciones necesarias?
Pensando en esto, a continuación presento algunos mitos comunes entre aquellos que buscan irrumpir en la industria de la actuación de voz:
1. “Ya tengo una gran voz, por lo que hacer locución debería ser fácil para mí”.
Recuerdo perfectamente al hijo de una leyenda de la radio colombiana que hacía programas de radio en la misma emisora donde había trabajado su padre. Tenía una voz suave y profunda, pero nunca aprendió a manejarla. La única emoción que transmitía era el aburrimiento.
No se puede negar que el don de tener una gran voz puede atraer una atención positiva. Este hecho, sin embargo, no disminuye de ninguna manera la capacitación que necesitará y la actitud que deberá reflejar para convertirse en actor de voz.
2. “He estado haciendo voces chistosas desde que era niño. Sería perfecto para la animación”.
¿Cuántos imitadores de ‘Quico’, el personaje de “El Chavo del 8”, existen? ¿Cuántos imitadores de ‘Barny’? ¿De ‘Homero Simpson’? Y de ellos, ¿cuántos son exitosos?
Poder hacer voces divertidas es muy entretenido, pero seguramente usted tendrá que tener docenas de voces chistosas para impresionar a un productor, y será mejor que cada una esté completamente desarrollada con un rango emocional auténtico.
Lo que importa no es que suene parecido sino la emoción que pueda contagiar al interpretar esas voces.
3. “Todo el mundo me dice que debería ser locutor”.
Bueno, eso se lo dije a mi cuñado cuando lo conocí, y supongo que muchas otras personas se lo dijeron. Sin embargo, a pesar de tener una buena voz –mucho mejor que la mía- nunca dio la talla.
Que le digan que debería ser locutor porque tiene bonita voz es como si alguien le dijera que debería ser atleta porque tiene bonitas piernas.
Cuando la gente le dice a usted que le gusta su voz es importante entender que lo que escuchan es su voz natural. Pero tener una bonita voz no significa que sepa manejarla. Es como tener un auto de Fórmula 1 en el garaje sin saber cómo conducirlo.
4. “Al fin podré dejar mi trabajo y hacer algo que me gusta”.
He oído decir a mucha gente que vive feliz con la locución. Esa típica frase de “a mí me pagan por hacer lo que más me gusta” también la he dicho yo. Y es cierto.
Pero nadie le va a garantizar que le va a ir bien. Mantenga su trabajo habitual mientras proyecta su carrera y se da a conocer. Usted no va a ganar mucho dinero al inicio y es probable que se demore mucho antes de comenzar a recibir una buena paga.
En mi caso, que es el de muchos de mis colegas, trabajé sin ganar un peso durante 3 años.
5. “Es un trabajo fácil y bien pagado”.
La actuación de voz es divertida. Los doblajes también lo son. Estar al aire en una emisora o grabar comerciales puede ser muy entretenido y no quita mucho tiempo. Y hay gente que no solo vive de este trabajo sino que gana muy bien.
Pero nada es fácil hasta que se vuelve fácil. Prepárese para enfrentar algunos altibajos importantes antes de que realmente domine su trabajo. Hay que trabajar duro. Mejorar todos los días. Estudiar las técnicas apropiadas. Estar enterado de las nuevas tendencias. Dejar mañas aprendidas y reconocer sus fallas. Y cuando lo logre, prepárese para trabajar duro.
6. “Estoy muy viejo para comenzar mi carrera de locutor”.
La edad es importante para la locución, pero esto no significa que solo los jóvenes sean los apropiados para ejercer este oficio. Yo tengo 66 años y mi voz suena mucho más joven y, por el contrario, hay jóvenes que suenan como adultos.
Estamos hablando de actuación de voz, y en ese campo cabe gente de todas las edades y condiciones sociales.
Casey Kasem, presentador del “American Top 40”, seguía haciendo la voz de ‘Shaggy’ en la serie televisiva de dibujos animados “Scooby Doo” a sus 77 años. Humberto Vélez hizo la voz de ‘Homero Simpson’ durante 15 años, y dejó de hacerla a sus 65 años de edad.
7. “Hay demasiada competencia”.
Cuando alguien dice esto creo que lo que realmente quiere decir es «¿habrá otros que lo hagan mejor que yo?«. Y la respuesta es, por supuesto, que sí.
Pero ese no es el punto. No valdría la pena participar en una competencia de natación si usted es el único inscrito. Es cierto: el de la locución es un campo muy competido, pero usted tiene que estar preparado para mejorar continuamente. Si le da miedo, este oficio no es para usted.
8. “Tengo que poder hacer imitaciones y acentos”.
La versatilidad es una de las claves de este oficio, especialmente en la animación televisiva. Muchos actores de doblaje son contratados no solo por sus habilidades como actores sino también por la variedad de personajes y el tono que pueden representar.
En comparación, es algo similar a los músicos de sesión que son contratados para acompañar a otros artistas.
La mayoría de las voces en off (comerciales, corporativos, narración) requieren que use su voz natural. Ocasionalmente, es posible que desee agregar un acento a un personaje que aparece en un audiolibro, pero esto no siempre es necesario.
Si usted tiene un repertorio de acentos piense en adaptarlos para caracterizaciones que puedan ser útiles en videojuegos o animaciones. Y si no, no se preocupe: hay muchas otras posibilidades en el campo de la actuación de voz.
9. “Es muy fácil ser locutor».
Muchos creen que entrar al mundo de la locución o de la actuación de voz es tan sencillo como sacar a pasear perros por el vecindario. Lo cierto es que hay un camino muy largo para triunfar y son pocos quienes sobresalen, tal como sucede en cualquier profesión, incluso en la de pasear perros.
Es un proyecto sostenido que demanda un enfoque, recursos y tiempo considerables para construir conexiones, además de tener talento real para lograrlo.
La actuación de voz no es simplemente una habilidad. Y no es algo que uno haga simplemente porque cree que lo puede hacer. Forjar una carrera como actor profesional puede ser divertido y gratificante para el tipo de actor adecuado, pero no es nada fácil.
10. «Solo triunfan los que están en la ‘rosca’”.
Afortunadamente esto no es necesariamente cierto. La industria de la locución siempre está abierta a voces frescas que estén listas para entregar lo mejor de sí. Puede que usted se tome un tiempo en establecer su marca personal, pero los productores siempre están atentos a encontrar voces novedosas.
Lo que sí debe hacer es trabajar en sus habilidades de vendedor de su propio talento. Visite los estudios. Hable con los productores. Tenga ‘demos’ bien elaborados. Hable con las agencias de publicidad. Acompañe a colegas establecidos para darse a conocer y pida sus recomendaciones.
Y tenga en cuenta que, por el contrario, a veces ser un locutor desconocido y con un estilo novedoso puede ser una ventaja cuando un productor quiere encontrar algo distinto y llamativo. De hecho, ser un locutor demasiado reconocido incluso puede ser contraproducente.
Sin mencionar nombres, tómese un tiempo para escuchar la radio o la televisión chilena y entenderá de lo que hablo…
Conclusión
A pesar de los mitos que he presentado, no claudique en su intento por sacar adelante su carrera. Algunos se podrían rendir si escuchan que la actuación de locución es más desafiante y competitiva de lo que pensaban, y que la inversión monetaria puede ser sustancial.
Una de las mejores cosas de los seres humanos es que tendemos a concedernos el beneficio de la duda. Desafortunadamente, esa es también una de las formas en las que las promesas de éxito nos engañan tan fácilmente.
Nunca deje de intentarlo. Supere los mitos y arriésguese entendiendo, eso sí, que probablemente el inicio no será fácil.