Esta recomendación suena un poco irresponsable en una época como la que estamos viviendo, pero lea con atención de qué se trata. Seguramente le va a gustar.
A mediados de los años 90 fui invitado a participar en la creación de un nuevo formato radiofónico para la capital chilena. Siendo colombiano, tuve que viajar a Santiago para conocer de cerca cómo se producía la radio en ese país.
Aunque mi trabajo implicaba ir a las oficinas de esta nueva emisora, también tomé la decisión de sacar tiempo para tratar de escuchar las demás emisoras en un ambiente externo. Por esta razón, en lugar de ir a la oficina, 2 veces a la semana me quedaba en el hotel escuchando radio.
Para ello, y teniendo en cuenta que por esa época no existían sistemas de monitoreo radial como Monitor Latino, mi metodología era simple: prendía el radio a las 6 de la mañana y anotaba, una a una, las canciones que programaba la emisora que estaba escuchando. Esta labor, aunque dispendiosa, se extendía a lo largo del día hasta las 10 de la noche.
Sí, como lo leyeron: me pasaba 16 horas seguidas escuchando la misma emisora, de 6 de la mañana a 10 de la noche, con papel y lápiz anotando todo lo que pasaba en ella, no solo su música sino cuánto hablaban los locutores, qué errores cometían, cómo era su estilo y muchos detalles más.
¿Por qué hacía eso? Sencillo: porque muchas veces nos creamos una imagen equivocada de lo que es una emisora cuando solo escuchamos media hora o un rato no muy extenso. Y esto es peor en emisoras que no cuidan su consistencia. Pero este será el tema para otro artículo.
El peor lugar para escuchar una estación de radio es en una estación de radio porque hay demasiadas distracciones. Hay reuniones formales e informales. Hay chismografía y conversaciones banales. Hay que atender a los promotores de las disqueras. Hay que hacer otras tareas que no permiten estar concentrado en la escucha.
Si usted dirige una emisora seguramente habrá pasado mucho tiempo trabajando en diseñar una buena programación, en definir cómo deben ser las intervenciones de los locutores, cómo es su interacción con los oyentes, cuánto deben demorarse en sus intervenciones al aire.
Pero hay otros detalles que son tan fáciles de notar cuando uno está encerrado en la oficina.
Supongo que alguna vez ha visto a un pintor ejecutando su obra de arte: luego de unas pinceladas, se aleja para apreciarla a unos metros de distancia. De esta forma se va formando una idea de cómo será apreciada por el público.
Haga lo mismo: aléjese de su ambiente habitual y trate de escuchar su emisora como lo hacen los oyentes normales.
Está bien. Usted no tiene que pasar 16 horas seguidas escuchando su emisora como lo hacía yo cuando estaba en Chile. No tiene que anotar minuto a minuto lo que pasa en ella. Pero sí debería sacar el momento para tratar de escucharla como si fuera un oyente normal.
Y lo mejor es que en esta época de pandemia, muchos no tenemos que ir a la oficina. Podemos trabajar en casa o desde algún lugar remoto. Aproveche esta oportunidad y dedíquele un día a esta labor.
Elija un día de la semana en las próximas dos semanas para hacer un día de escucha. Si sigue trabajando desde su oficina, pida permiso a su jefe y programe un día para hacerlo. Planee con anticipación para liberar su agenda.
De esta forma no tendrá distracciones ni preocupaciones, y podrá dedicar su jornada a escuchar cómo marcha su emisora, darse cuenta de si cumple con lo que usted se había imaginado, todo esto lejos de las distracciones que puede tener en su oficina.
Si en su ciudad no hay restricciones para quedarse en casa, póngase su mascarilla y escuche mientras camina por su vecindario o un parque. Escuche en su receptor tradicional pero también por streaming. Escuche un par de horas su emisora. Luego escuche otro buen rato a sus competidores.
Luego del almuerzo, retome su actividad. Tome notas de todo lo que le llame la atención. El balance entre música nueva y vieja, entre rápida y lenta. ¿Están bien representados los diferentes géneros de música en cada cuarto de hora? ¿Están siguiendo la programación al pie de la letra?
¿Cómo suena su producción de audio? ¿Hay material anticuado que haya que renovar? ¿Se están promocionando adecuadamente los diferentes programas? ¿Están promocionando adecuadamente el concurso o el evento que van a realizar próximamente?
Cuál es la actitud de los locutores. ¿Le están hablando correctamente al público objetivo? ¿Hablan demasiado? ¿Anuncian bien los títulos e intérpretes de las canciones? ¿Entregan algo de información? ¿Son divertidos? ¿Se conectan con su audiencia? ¿Hablan del Covid-19?
¿Cómo está la señal? ¿Hay buena cobertura? ¿Cómo está el balance de brillos y bajos en la ecualización? ¿Hay ruidos de fondo? ¿Interferencias? ¿El streaming suena bien?
¿Está funcionando como pensaba? ¿Están sus competidores haciendo lo que pensaba que estaban haciendo? Puede que sí, puede que no. ¿Qué le gusta de su estación? ¿Qué no le gusta? ¿Qué se debe ajustar o hacer de manera diferente?
¿Qué están haciendo sus competidores? ¿Hay algo bueno que le guste y pueda incorporar a su programación? ¿Qué debilidades encuentra en ellos? ¿Realmente hacen lo que usted pensaba que hacían? ¿Qué descubrió de ellos que no sabía antes? ¿Qué oportunidades de mejora ha notado ahora que está fuera?
Cuando regrese a sus labores habituales al día siguiente, revise todas sus anotaciones y cree un plan de acción. No se quede con lo que vio o escuchó. Escriba claramente qué es lo que va a hacer frente a cada anotación y asegúrese de cumplirlo.
Fije las tareas, póngase metas, fije unas fechas de realización y escriba claramente quién será el responsable de realizar cada acción.
Si no lo escribe, si no hace un plan de acción con todos los puntos anteriores, lo único que hizo fue perder su tiempo.
Comparta sus hallazgos con sus jefes. Esto le ayudará a ser responsable y dejará una impresión positiva ante ellos.
Conclusión
Aproveche al máximo la situación actual que le permite estar por fuera de la oficina. Invierta su tiempo en trabajar para mejorar la emisora a su cargo. Luego, comprométase a hacer este ejercicio con regularidad.
Le aseguro que lo va a disfrutar.