La vida normal de un locutor de radio presenta diferentes retos que asumir, como la interpretación de información para darla a conocer casi en tiempo real, las contadas oportunidades de empleo que existen, o las enfermedades relacionada con el aparato fonador que realmente son un dolor de cabeza, pues afectan centralmente a la principal herramienta de trabajo de este tipo de comunicadores de radio.
Para empezar, es importante hacer una aclaración sobre lo que significa disfonía y afonía; el primer concepto refiere a la afectación o pérdida parcial de la voz debido a trastornos funcionales u orgánicos; mientras que la segunda palabra habla sobre la pérdida total de la emisión humana del sonido. Evidentemente ambas situaciones requieren alerta y atención de un médico especializado, por lo que te sugerimos atender el caso al presentar las primeras molestias.
Este artículo en lo absoluto pretende sustituir la opinión médica, pero si detectas que tu disfonía es por cansancio, tensión, o cambios de clima, queremos compartirte algunos sencillos tips que pueden funcionarte en esos momentos de estrés en donde se escuchan ligeras afectaciones vocales.
- Asiste a un médico
Por lo regular las personas cuando sienten que el problema no es muy grande lo dejan pasar. Con mucha suerte en ocasiones el trastorno se curará con desinflamantes, pero en otros momentos todo puede empeorar. Además de asegurarte que tu disfonía no se trata de una infección en la garganta, deberás asistir al menos dos veces por año al foniatra, para checar si no hay mala técnica vocal o lesiones que puedan repercutir a largo plazo.
- Toma algunos desinflamantes naturales
Regularmente cuando se presenta una disfonía leve, se debe a inflamación o tensión corporal por la carga de trabajo. En este caso te recomendamos tomar desinflamantes naturales que podrían ser perfectos para tu estado vocal, tal es el caso del té de jengibre o canela.
- Descansa la voz
En ocasiones el cuerpo sólo requiere descanso, por lo que te recomendamos evitar elocutar en la mayor medida posible. Suena extraño, pero en ocasiones esta acción hace que los músculos calmen un poco la tensión.
- Evita las pastillas mentoladas
Muchas personas eligen comer pastillas mentoladas de caramelo; en un principio puede parecer que éstas calman la molestia, sin embargo, como su efecto es frío, logran tensar el músculo, lo cual resulta contraproducente.
- Toma mucha agua tibia
El agua es el líquido más depurativo; justo éste nos ayudará a aligerar la mucosa faríngea y a quitar las flemas en caso de que estas existan.
¿Tienes algunos otros consejos? Compártenoslos.
Esta nota fue realizada con base en información publicada a través del portal cun.es
