– ¿Así que robó las barras de pan porque tenía hambre?
– Sí señor juez.
– ¿Y por qué además se llevó el dinero que había en la caja?
– Porque no sólo de pan vive el hombre.
– ¡Mamá, mamá, en la escuela me dicen cabezón!
– No haga caso, hijo.
– Mamá, ráscame la cabeza.
– ¿En qué continente?
– Disculpe, ¿sabe usted quién es el muerto?
– No estoy seguro, pero me parece que es el que va dentro de la caja fúnebre.
– Mamá, ¿la nueva niñera vive en el cielo?
– ¿Por qué lo dices?
– Porque anoche, papá le decía que era un ángel.
¿Por qué los gallegos cuando hablan por teléfono lo colocan en el piso?… Para que no se les caiga la llamada.