– ¿Puedo quedarme a dormir en tu casa?
– Sí, pero tienes que hacer la cama.
– Por supuesto, no hay ningún problema.
– Bueno, aquí tienes clavos, madera y herramientas.
– ¡Qué horror! La gente cada vez lee menos.
– ¿Y cómo lo sabes?
– Lo vi por la televisión.
En una cárcel, un preso comenta indignado a su compañero de celda:
– Es un poco ridículo lo que están haciendo conmigo.
– ¿Por qué?
– Porque me metieron aquí por robar pan, y ahora me lo traen gratis todos los días.
Un hombre entra a la ferretería.
– ¿Señor tiene clavos?
– No, no tengo.
– ¿Y pintura?
– La verdad es que tampoco tengo.
– ¿Y un serrucho?
– Mire señor, para serle franco no tenemos nada.
– Bueno, ¿y entonces por qué no cierra?
– ¡Porque no tengo candados!
– Doctor, tengo un problema muy grave, me tiro pedos que no huelen.
– A ver, tírese uno… Es grave, ¡Hay que operarle cuanto antes de la nariz!