– Papá, ¿qué se siente tener un hijo tan guapo?
– No sé hijo, pregúntale a tu abuelo.
Había una vez un hombre tan pequeño que se subió encima de una canica y dijo: ¡El mundo es mío!
– Mamá, que buena está la paella.
– Pues repite hijo.
– Mamá, que buena está la paella.
Era un niño tan alto, pero tan alto que se comió un yogur, y cuando le llegó al estómago ya estaba caducado.
¿Por qué algunos niños ponen azúcar debajo de la almohada?… Para tener dulces sueños.