– ¡Cuantos carros están pasando! ¿Cómo le harían aquellas personas para cruzar?
– No cruzaron nuca, nacieron de aquel lado.
Se acerca el mesero y le pregunta al niño:
– ¿Cómo encontraste tu bistecito, nene?
– Lo encontré con mucho trabajo, debajo de una papita.
– ¿Por qué ahorcarían a ese señor?
– Por grosero, ¿no ves que está sacando la lengua?
– ¿A ti te gusta cantar?
– Bueno, solamente cuando me baño canto.
– Pues habías de cantar todos los días.
– ¿Y en tu rancho cómo se bañan si no hay agua?
– Nos bañamos con agua de lluvia.
– ¡Con razón hueles a rayos…!