Comer uvas es la tercera causa de asfixia en menores de cinco años
Un informe reciente de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC) lleva preocupación a quienes suman a ese ritual a los más pequeños de la familia. El estudio indica que las uvas y los frutos secos pueden deslizarse en la boca del niño sin ser masticadas y taponar las vías aéreas. La entidad médica advirtió que comer uvas enteras -con piel y semillas- es la tercera causa de asfixia en menores de cinco años, y, por tanto, el 31 de diciembre hay que estar atento cuando comienza la ceremonia a medianoche, ante el riesgo de atragantamiento de los más pequeños.