Una de las voces más exitosas del sureste de México.
Más de 20 años de carrera en el medio lo respaldan. Desde Xalapa, Veracruz, el comunicador, clave de La Invasora 88.9 “La estación que sí la mueve” nos contó un poco de sus secretos y su trayectoria.
¿Qué satisfacciones te da la radio?
La gente nos dice que la casa no se siente sola cuando oye la radio, que somos sus compañeros. Ese sentir de la gente es importante.
¿Porqué te dicen El Negro?
Empezó como bullying, me decían Memín Pinguin de manera despectiva, yo era muy morenito, no sé si me acostumbré, pero luego fue una catarsis, dejé de sentirme mal y al llegar a la prepa el mote de “El Negro” se volvió como de cariño. Si me dices Luis Daniel en la calle no volteó.
¿Entraste de manera tradicional a la radio?
Yo entré a trabajar en febrero de 1996 a la emisora donde hice mis pininos, esto fue en Radio Tlaxcala y entré como la mayoría, haciendo mi servicio social.
En esa época estaba muy de moda la música dance. En esos tiempos se abrió una plaza en el sindicato de locutores y ahí comenzó mi carrera, ya 21 años sin descanso.
Pero has estado en varias plazas…
En Puebla estuve en Radio Impacto, luego se volvió parte de Radiorama y luego se convirtió en La Poderosa, una estación de AM que luego emigró a FM.
¿Cómo emigras al sureste?
Yo quería trabajar en una estación de cobertura amplia y así llegué a La Invasora, primero en Perote y luego los señores Molina crecieron y se mudaron a Xalapa, donde nace la Invasora hace 5 años.
¿En estos 21 años, cómo has vivido la evolución, la has resentido?
A mí me tocó el certificado y así les digo porque siempre que íbamos a la Secretaría de Educación Pública te regañaban y te decían “no es licencia, eso es para manejar, es certificado”. Me tocó bajar La Hora Nacional del satélite, usar tornamesa, luego el CD, me tocó la digitalización… ¡recuerdo hasta las cartucheras en el área de spots!
¿Cómo sientes a la radio en la actualidad como medio?
Hoy poca gente tiene físicamente un radio en casa, todo es por celular o por la famosas bonicas bluetooth que ya traen radio integrado. Pero la radio sobrevive, en esto se trata o de innovar o de morir, las cadenas han tenido que inventar nuevas tendencias en contenidos. La clave es la variedad, en nuestra estación tratamos de ofrecer contenidos en la radio.
¿Qué piensas de la radio actual?
Ya cualquiera puede hacer radio ocupando la internet, me ha tocado ser parte de ese cambio generacional y resistir los embates de la tecnología.
El estudiar te da facilidad de hacer muchas cosas, no solo hacer noticias, o hacer locución. La radio no es solo echar cotorreo, ni decir la hora, ni mandar saludos. La radio actual requiere que sus elementos sean capaces de hacer guiones, de estar bateando, cacheando o pitcheando desde diferentes ángulos.
¿Qué proyecto te ocupa actualmente?
“El Trompetazo” ha sabido captar la atención de la gente, tenemos empatía con los niños, pero nos escucha todo tipo de gente, porque trabajamos sobre lo que la radio necesita; informar, educar y entretener, que deben ser los ejes de la radio, sin caer en la vulgaridad. Hay un personaje que ha gustado mucho “Madame Chanchullo”, que es un chamán chusco que hace sanaciones de broma al aire. Llegamos a cuatro estados, a casi cinco: Puebla, Tlaxcala, Hidalgo y la región centro del Estado de Veracruz.
