De los 1.378 arrestados, 933 eran ciudadanos estadounidenses, mientras que 445 eran extranjeros procedentes de 21 países de Sudamérica, Centroamérica, Asia, África, Europa y el Caribe.
Por nacionalidades, la mayoría (249) eran nacionales de México, 72 de El Salvador, 63 de Honduras, 19 de Guatemala, 10 de República Dominicana, 4 de Cuba, 3 de Ecuador, 3 de Costa Rica, 3 de Colombia y 3 de Nicaragua, mientras que el resto de detenidos procedían de Brasil, Mauritania, Laos, Jamaica y Brasil, entre otros países.