“La radio es un aprendizaje constante y la capacidad de saber involucrar varias cosas a la vez. Si quien entra a este medio piensa que la radio se hace con un micrófono, está muy equivocado.”
“A la radio la han matado varias veces”, sonríe Arturo Forzán, y después corrige para incluirse a él mismo, pero el tono de ironía en su voz se hace más evidente. “Nos han matado varias veces”, puntualiza acertadamente, porque “La Voz que se oye en tu radio”, Arturo Forzán Rovirosa, ha sido una pieza fundamental de la historia moderna de la radio en México. “Nos mataron cuando nació la televisión. También lo hicieron cuando apareció el videocasete; nos enterraron cuando nació el disco compacto, y nos pusieron flores en la tumba cuando llegó el internet. Ésas son tan sólo algunas de las muchas muertes de la radio. El caso”, comenta con la franqueza y pasión que lo caracteriza, “es que aquí seguimos. La radio no se muere; se renueva constantemente, como lo ha hecho desde que se inventó”.
La discusión se centra en el cambio tecnológico y en la insistencia, ya monótona, en la industria de que la radio vive un periodo de cambio definitorio, como si viniera de pasar un largo periodo de estabilidad. Pero Forzán tiene una visión distinta. Para él la radio no está sufriendo nada. “Claro, estamos cambiando, pero la radio siempre está cambiando, cada segundo de transmisión, desde que nació en México en la década de los veinte hasta la fecha. De todos los medios de comunicación, sin duda es el que más ha sabido adaptarse, y por lo tanto, favorecerse con las nuevas tecnologías. La radio es el medio que más las ha asimilado a lo largo de su historia, desde los primeros micrófonos y consolas, pasando por la cinta, el casete y actualmente sistemas electrónicos que no pudiéramos haber imaginado. Ahora hacemos radio pensando en el mundo; tenemos aplicaciones para estar en los celulares, páginas que llegan a cada rincón del país y plataformas sociales. Es el único medio que ha sabido aprovechar toda la tierra que le han echado encima para subirse en ella y hacerse notar. Yo lo llamo el nuevo medio mundial”.
La orquesta dentro de la consola
Forzán, actualmente director de oye 89.7 FM, siempre ha sido un apasionado de este tipo de temas, además del desarrollo global y la mercadotecnia inteligente. Esa curiosidad nació de forma modesta, con la fascinación con una elegante Consola que estaba en su casa, en la Ciudad de México, cuando era niño… y dándole vueltas en su cabeza sobre cómo aquel aparato podía hacer las sorprendentes cosas que hacía. “Mi madre, una señorona que nos sacó adelante por sí sola, oía ahí música, un radio muy grande que tenía tocadiscos incluido. Cuando era chiquito fui y me asomé; pensé que estaba ahí metido algún hombrecito, o de hecho toda una orquesta. Nunca pensé que fuera un disco o una grabación. Si íbamos en coche, cambiaba la estación y estaba la misma canción en ambas emisoras; me quedaba boquiabierto preguntándome cómo podía estar dos veces el cantante en el mismo lugar”.
A las interrogantes del niño que llegaría a fascinarse por el tema de la tecnología, siguieron las inquietudes artísticas. “Desde pequeño quise ser cantante para salir en la radio, creo que nos ha pasado a todos. Admiraba a varios artistas, pero recuerdo especialmente a Johnny Dínamo (vocalista del grupo Los Leo), me vestía como él y decía: `Yo voy a salir en la radio cantando canciones de Johnny’, y qué bueno que no me dediqué a ser cantante porque no me hubieran aguantado. Mi pasión por la radio tomó otra forma. Empecé a hacer mis propios programas con discos en casa y les decía a todos que algún día iba a tener mi propia estación donde diría lo que yo quisiera”.
Gracias a la influencia de su mamá, Arturo tomó la dirección correcta, primero porque como buena madre, le tocó desengañarlo de ilusiones infantiles de convertirse en el nuevo Johnny Dínamo, y segunda porque su sueño fue que estudiara, que terminara la universidad y se graduara. En la primera mitad de los años 80 estudió la carrera de Ciencias de la Comunicación en la Universidad Intercontinental, donde se tituló como alumno destacado.
Fueron tanto la necesidad de trabajar para poder pagar sus estudios, así como las ganas de comenzar su nueva vida, las que llevaron a Arturo a su primer empleo, en Radio Mil. En 1980 le dieron la oportunidad de comenzar como operador en La Pantera 590 AM, una estación enfocada a la juventud desde 1967, y de las pocas opciones donde se podía oír rock después del “Avandarazo”. En el tiempo en que la estación, hoy desaparecida, abrió las puertas a Forzán, transmitía programas muy recordados como Rock Sin Barreras y La Palabra Eléctrica. “Ya en la universidad empecé a buscar algo para poder pagar mis estudios y poder ayudarle a mi mami y a mi abuela a salir adelante”, recuerda Forzán, “así que mi maestro de radio, Eduardo Pasquel, me dio la oportunidad como operador en La Pantera, donde duré alrededor unos cuatro meses’ cuando me inquietud por crecer me llevó a hacer el examen de locución, que antes era obligado. Pasado ese requisito, empecé como locutor en Radio Sinfonola, la estación del Barrilito, pero nos rotábamos mucho, así que también hacía tiempos en La Pantera, Radio Mil y en Radio Onda. Estuve en varias estaciones en donde se nos exigía que, aparte de saber de música, domináramos el arte de la narración deportiva, así que tuve que narrar tres o cuatro partidos de fútbol, pero no les gustó mi estilo; era muy descriptivo y echaba mucho relajo. Ahí acabó mi carrera como comentarista deportivo”.

Radio Éxitos con ídem
En 1984 Forzán dejó Núcleo Radio Mil para trasladarse a la Organización Radio Centro, cias a la recomendación de Bolívar Domínguez, que estaba al frente de “Batas, pijamas y pantuflas”, uno de los programas pioneros de la radio hablada en México —llegaron a transmitir desde la avenida Insurgentes regalando café a los transeúntes— que la gente recuerda por el estrecho contacto que tenían con su público. “Ese señorón de la radio, Bolívar Domínguez, me dijo que me querían hacer una prueba en Radio Éxitos, donde me pagarían mejor y habría más oportunidades de desarrollo profesional. Me parecía más interesante, más abierto en cuanto a opciones. Fui a hacer la prueba, pasé y me quedé para iniciar realmente mi carrera como gerente y productor. Fui locutor de Radio Éxitos y gerente de Radio Hit, una FM que tocaba música en inglés, aunque ya empezaba a sentir el resurgimiento del pop y rock en español. Recuerdo que en alguna ocasión cuando estaba en la cabina de Radio Éxitos me puse a jugar; se me ocurrió pedirle a la gente que votara por la canción de We are the world de Michael Jackson
y todos los artistas internacionales, o por La hermandad, que hizo una canción para ayudar a los damnificados por el temblor del 85. Ganó la canción en español. Empecé a notar que grupos como Flans, Menudo o Timbiriche eran muy pedidos, pese a que tocábamos puro inglés. Recuerdo que me regañó don Adolfo Fernández Zepeda cuando hice la votación y puse la canción en español, pero la verdad es que el movimiento ya se estaba dando”.
A partir de 1987 Arturo tendría oportunidad no sólo de probar libremente su teoría y encontrar una rica veta musical, sino de convertirse en parte fundamental de una nueva ola. Fue en ese año cuando se trasladó a Monterrey para aceptar la dirección de una estación de radio, la XHIL-FM, conocida como FM TU, uno de los principales centros desde donde irradiaron las grandes bandas y cantantes del movimiento conocido como Rock en tu Idioma. “Cuando me fui a Monterrey, Nuevo León, como director de una estación, ya tenía más conocimiento del mercado y cambié las voces de José José, Rocío Dúrcal, Lucía Méndez y Daniela Romo por Soda Estéreo, los Hombres G, Los Toreros Muertos, Timbiriche y Laureano Brizuela cantando rock. Me llamaban loco por tocar Si yo fuera mujer con Patxi Andion, pero la estación se disparó en primer lugar. Fue un parteaguas total en el pop en español en México. Desde Monterrey, el Rock Idioma se diseminó a todo el país. El jingle se grabó en una productora que se llamaba Pypsa 2000. Yo fui uno de los productores del jingle”.
Fórmulas radiofónicas
A lo largo de su trayectoria, Arturo no sólo ha sido creador de varias fórmulas radiofónicas, sino establecido buenas prácticas en la radio y en la industria nas de fórmulas Después de una breve estancia en el sur de Estados Unidos donde fue jefe de producción música y locutor de una estación en Dallas, en 1989 regresó a México a Televisa Radio asumir la dirección de Stereo 102, donde concibió “El Evento”, un importante foro para para los artistas del momento que produjo tres álbums del mismo título, contribuyó en el lanzamiento de varios artistas y mantuvo la estación en los primeros dos lugares de audiencia. El primer Evento de la radio con boletos, que organizó con más de 15 artistas en escena, se convirtió en el modelo de los actuales eventos de las estaciones. En 1992 fue responsable del lanzamiento de Pulsar FM 90.5, que resultó una gran innovación con su concepto de tocar cinco canciones de manera continua. En esa emisora replicó su plataforma, ahora bajo el nombre de El Evento Pulsar, donde en seis años se presentaron más de 120 artistas y logró llenar en una ocasión el Autódromo Hermanos Rodríguez el único espectáculo radiofónico en lograrlo. Cuando Forzán entró a la emisora, ésta ocupaba el lugar 45 de la tabla general. Durante su gestión, en cinco ocasiones alcanzó el segundo lugar general. Durante su gestión, en cinco ocasiones alcanzó el segundo lugar general.
La voz que se Oye
En 2002 Forzán inició su aventura, como él gusta llamarla, en Oye 89.7 FM, históricamente una de las primeras emisoras del país en transmitir en FM. Por tercera vez, Forzán organizó su plataforma artística, esta vez con el inolvidable nombre de «El padre de todos los eventos» , que alcanza ya 14 ediciones y más de 200 mil espectadores. Dos años después, sin embargo, sentía que se encontraba en un momento de su vida y de su carrera en la que necesitaba no sólo cambiar de formatos —“soy una persona que se aburre fácilmente de hacer lo mismo”, confiesa— sino de entregar mensajes más trascendentales que los chismes de la farándula o noticiosos. En 2004 concretó con
Universal el lanzamiento de un álbum de reflexiones que incluía poemas de Amado Nervo y Jaime Sabines, y reflexiones de Borges y Anthony de Melo.
A diferencia de otros locutores, Forzán se ha animado a hablar de política en la cabina. “Me dio muchos problemas al principio”, reconoce, “pero también me atrajo muchas muestras de cariño y apoyo. Sobre todo, he tenido la suerte de contar con el apoyo de grandes empresas que me han dejado expresar un poco del sentir político y la historia de nuestro país. Los que tenemos la responsabilidad de estar frente a un micrófono, tenemos también la gran oportunidad de expresar lo que sentimos para dar a nuestro país. Yo he sufrido a mi México, he sufrido malos gobiernos, veo cómo soportamos injusticias, que tenemos gente muy poco preparada en puestos políticos, pienso en el bienestar que deberíamos tener los mexicanos que pagamos impuestos.
Tomo esos pedacitos de vivencia para compartirlos con mi auditorio. No se trata de atacar, sino de que nuestros radios se conviertan en expresión de la gente. Creo que eso es básico para que canciones, eso sería un locutor. Pero prefiero ser una personalidad al aire, y es lo que estoy tratando de hacer desde hace mucho tiempo”.
Radio con la cabeza y el corazón
En cada palabra, Arturo Forzán demuestra su pasión por la radio y que no sólo tiene mucho que enseñarle a la gente que inicia en el medio, sino que él mismo se encuentra en constante aventura de descubrimiento y aprendizaje. Después de más de treinta años de trayectoria, sigue sintiendo tanto respeto por el micrófono y fascinación por la radio como cuando miraba asombrado la consola en la sala de su casa. “El día que ya no habrá un micrófono o no haga radio me muero. En los más de treinta años que llevo haciendo radio me he enfermado, me he roto la pierna y nunca he faltado a mis labores. No lo considero un trabajo, lo considero mi pasión, y creo que por eso sigo haciéndolo. El día en que la gente me deje de escuchar, ese día dejó de hablar y me dedico a dirigir la estación y a impulsar las nuevas tecnologías, pero los números dicen que la gente todavía me quiere oír, así que lo hago con mucho gusto, pero también con responsabilidad”.
“La radio cambia todos los días, lo mismo que el ser humano”, finaliza el director general y voz de Oye 89.7 FM. “Ay de aquél que diga que no aprendió algo durante una hora, durante dos, o durante un día, porque eso significa que está estancado, y Io que no se mueve, se echa a perder. La radio es un aprendizaje constante y la capacidad de saber involucrar varias cosas a la vez. Si quien entra a este medio piensa que la radio se hace con un micrófono en una cabina, están muy equivocados. La radio se hace en la cabeza y en el corazón de la gente. Por eso, a pesar de los augurios, no se muere. Continuará renovándose constantemente, como lo ha hecho desde aquel día en que se transmitieron las primeras ondas electromagnéticas. Y a nosotros nos toca seguir hasta el día de hoy y mañana”.

Gracias a la influencia de su mamá, Arturo tomó la dirección correcta, primero porque como buena madre, le tocó desengañarlo de ilusiones infantiles de convertirse en el nuevo Johnny Dínamo, y segunda porque su sueño fue que estudiara, que terminara la universidad y se graduara. En la primera mitad de los años 80 estudió la carrera de Ciencias de la Comunicación en la Universidad Intercontinental, donde se tituló como alumno destacado.
Fueron tanto la necesidad de trabajar para poder pagar sus estudios, así como las ganas de comenzar su nueva vida, las que llevaron a Arturo a su primer empleo, en Radio Mil. En 1980 le dieron la oportunidad de comenzar como operador en La Pantera 590 AM, una estación enfocada a la juventud desde 1967, y de las pocas opciones donde se podía oír rock después del “Avandarazo”. En el tiempo en que la estación, hoy desaparecida, abrió las puertas a Forzán, transmitía programas muy recordados como Rock Sin Barreras y La Palabra Eléctrica. “Ya en la universidad empecé a buscar algo para poder pagar mis estudios y poder ayudarle a mi mami y a mi abuela a salir adelante”, recuerda Forzán, “así que mi maestro de radio, Eduardo Pasquel, me dio la oportunidad como operador en La Pantera, donde duré alrededor unos cuatro meses’ cuando me inquietud por crecer me llevó a hacer el examen de locución, que antes era obligado. Pasado ese requisito, empecé como locutor en Radio Sinfonola, la estación del Barrilito, pero nos rotábamos mucho, así que también hacía tiempos en La Pantera, Radio Mil y en Radio Onda. Estuve en varias estaciones en donde se nos exigía que, aparte de saber de música, domináramos el arte de la narración deportiva, así que tuve que narrar tres o cuatro partidos de fútbol, pero no les gustó mi estilo; era muy descriptivo y echaba mucho relajo. Ahí acabó mi carrera como comentarista deportivo”.
Radio Éxitos con ídem
En 1984 Forzán dejó Núcleo Radio Mil para trasladarse a la Organización Radio Centro, cias a la recomendación de Bolívar Domínguez, que estaba al frente de “Batas, pijamas y pantuflas”, uno de los programas pioneros de la radio hablada en México —llegaron a transmitir desde la avenida Insurgentes regalando café a los transeúntes— que la gente recuerda por el estrecho contacto que tenían con su público. “Ese señorón de la radio, Bolívar Domínguez, me dijo que me querían hacer una prueba en Radio Éxitos, donde me pagarían mejor y habría más oportunidades de desarrollo profesional. Me parecía más interesante, más abierto en cuanto a opciones. Fui a hacer la prueba, pasé y me quedé para iniciar realmente mi carrera como gerente y productor. Fui locutor de Radio Éxitos y gerente de Radio Hit, una FM que tocaba música en inglés, aunque ya empezaba a sentir el resurgimiento del pop y rock en español. Recuerdo que en alguna ocasión cuando estaba en la cabina de Radio Éxitos me puse a jugar; se me ocurrió pedirle a la gente que votara por la canción de We are the world de Michael Jackson
y todos los artistas internacionales, o por La hermandad, que hizo una canción para ayudar a los damnificados por el temblor del 85. Ganó la canción en español. Empecé a notar que grupos como Flans, Menudo o Timbiriche eran muy pedidos, pese a que tocábamos puro inglés. Recuerdo que me regañó don Adolfo Fernández Zepeda cuando hice la votación y puse la canción en español, pero la verdad es que el movimiento ya se estaba dando”.
A partir de 1987 Arturo tendría oportunidad no sólo de probar libremente su teoría y encontrar una rica veta musical, sino de convertirse en parte fundamental de una nueva ola. Fue en ese año cuando se trasladó a Monterrey para aceptar la dirección de una estación de radio, la XHIL-FM, conocida como FM TU, uno de los principales centros desde donde irradiaron las grandes bandas y cantantes del movimiento conocido como Rock en tu Idioma. “Cuando me fui a Monterrey, Nuevo León, como director de una estación, ya tenía más conocimiento del mercado y cambié las voces de José José, Rocío Dúrcal, Lucía Méndez y Daniela Romo por Soda Estéreo, los Hombres G, Los Toreros Muertos, Timbiriche y Laureano Brizuela cantando rock. Me llamaban loco por tocar Si yo fuera mujer con Patxi Andion, pero la estación se disparó en primer lugar. Fue un parteaguas total en el pop en español en México. Desde Monterrey, el Rock Idioma se diseminó a todo el país. El jingle se grabó en una productora que se llamaba Pypsa 2000. Yo fui uno de los productores del jingle”.
Fórmulas radiofónicas
A lo largo de su trayectoria, Arturo no sólo ha sido creador de varias fórmulas radiofónicas, sino establecido buenas prácticas en la radio y en la industria nas de fórmulas Después de una breve estancia en el sur de Estados Unidos donde fue jefe de producción música y locutor de una estación en Dallas, en 1989 regresó a México a Televisa Radio asumir la dirección de Stereo 102, donde concibió “El Evento”, un importante foro para para los artistas del momento que produjo tres álbums del mismo título, contribuyó en el lanzamiento de varios artistas y mantuvo la estación en los primeros dos lugares de audiencia. El primer Evento de la radio con boletos, que organizó con más de 15 artistas en escena, se convirtió en el modelo de los actuales eventos de las estaciones. En 1992 fue responsable del lanzamiento de Pulsar FM 90.5, que resultó una gran innovación con su concepto de tocar cinco canciones de manera continua. En esa emisora replicó su plataforma, ahora bajo el nombre de El Evento Pulsar, donde en seis años se presentaron más de 120 artistas y logró llenar en una ocasión el Autódromo Hermanos Rodríguez el único espectáculo radiofónico en lograrlo. Cuando Forzán entró a la emisora, ésta ocupaba el lugar 45 de la tabla general. Durante su gestión, en cinco ocasiones alcanzó el segundo lugar general. Durante su gestión, en cinco ocasiones alcanzó el segundo lugar general.

La voz que se Oye
En 2002 Forzán inició su aventura, como él gusta llamarla, en Oye 89.7 FM, históricamente una de las primeras emisoras del país en transmitir en FM. Por tercera vez, Forzán organizó su plataforma artística, esta vez con el inolvidable nombre de «El padre de todos los eventos» , que alcanza ya 14 ediciones y más de 200 mil espectadores. Dos años después, sin embargo, sentía que se encontraba en un momento de su vida y de su carrera en la que necesitaba no sólo cambiar de formatos —“soy una persona que se aburre fácilmente de hacer lo mismo”, confiesa— sino de entregar mensajes más trascendentales que los chismes de la farándula o noticiosos. En 2004 concretó con
Universal el lanzamiento de un álbum de reflexiones que incluía poemas de Amado Nervo y Jaime Sabines, y reflexiones de Borges y Anthony de Melo.
A diferencia de otros locutores, Forzán se ha animado a hablar de política en la cabina. “Me dio muchos problemas al principio”, reconoce, “pero también me atrajo muchas muestras de cariño y apoyo. Sobre todo, he tenido la suerte de contar con el apoyo de grandes empresas que me han dejado expresar un poco del sentir político y la historia de nuestro país. Los que tenemos la responsabilidad de estar frente a un micrófono, tenemos también la gran oportunidad de expresar lo que sentimos para dar a nuestro país. Yo he sufrido a mi México, he sufrido malos gobiernos, veo cómo soportamos injusticias, que tenemos gente muy poco preparada en puestos políticos, pienso en el bienestar que deberíamos tener los mexicanos que pagamos impuestos.
Tomo esos pedacitos de vivencia para compartirlos con mi auditorio. No se trata de atacar, sino de que nuestros radios se conviertan en expresión de la gente. Creo que eso es básico para que canciones, eso sería un locutor. Pero prefiero ser una personalidad al aire, y es lo que estoy tratando de hacer desde hace mucho tiempo”.
Radio con la cabeza y el corazón
En cada palabra, Arturo Forzán demuestra su pasión por la radio y que no sólo tiene mucho que enseñarle a la gente que inicia en el medio, sino que él mismo se encuentra en constante aventura de descubrimiento y aprendizaje. Después de más de treinta años de trayectoria, sigue sintiendo tanto respeto por el micrófono y fascinación por la radio como cuando miraba asombrado la consola en la sala de su casa. “El día que ya no habrá un micrófono o no haga radio me muero. En los más de treinta años que llevo haciendo radio me he enfermado, me he roto la pierna y nunca he faltado a mis labores. No lo considero un trabajo, lo considero mi pasión, y creo que por eso sigo haciéndolo. El día en que la gente me deje de escuchar, ese día dejó de hablar y me dedico a dirigir la estación y a impulsar las nuevas tecnologías, pero los números dicen que la gente todavía me quiere oír, así que lo hago con mucho gusto, pero también con responsabilidad”.
“La radio cambia todos los días, lo mismo que el ser humano”, finaliza el director general y voz de Oye 89.7 FM. “Ay de aquél que diga que no aprendió algo durante una hora, durante dos, o durante un día, porque eso significa que está estancado, y Io que no se mueve, se echa a perder. La radio es un aprendizaje constante y la capacidad de saber involucrar varias cosas a la vez. Si quien entra a este medio piensa que la radio se hace con un micrófono en una cabina, están muy equivocados. La radio se hace en la cabeza y en el corazón de la gente. Por eso, a pesar de los augurios, no se muere. Continuará renovándose constantemente, como lo ha hecho desde aquel día en que se transmitieron las primeras ondas electromagnéticas. Y a nosotros nos toca seguir hasta el día de hoy y mañana”.