7 consejos para mejorar su locución al aire.

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Siempre habrá posibilidades de mejorar su trabajo. Eso hace parte del aprendizaje continuo. Incluso si se equivoca podrá mejorar su desempeño gracias al aprendizaje que sale de allí. Y para triunfar también es clave entender un poco el comportamiento del público.

A continuación le dejo algunos consejos de lo que he aprendido en mi larga carrera de radio.

1. La radio es un medio «uno a uno»

Es un hecho que las redes sociales crearon una nueva forma de interacción entre la gente. Hoy en día cada persona es dueña de su propio medio de comunicación en el que puede hablar de lo que quiera, manifestar sus emociones y conectarse con gente de todo el mundo.

Pero también es cierto que, mientras la mayoría de los medios tradicionales solo trabajaban en una vía y que el público era solamente receptor de los contenidos que les entregaban esos medios, la radio se ha caracterizado por la interacción que siempre ha tenido con sus oyentes.

La radio siempre ha hablado con sus oyentes, les ha abierto los micrófonos para expresarse, los ha complacido inmediatamente, los ha movilizado por las calles, les ha entregado premios con concursos y juegos en vivo.

Pero aunque muchos nos hemos acostumbrado a hablarle al público en general, a la masa, como si estuviéramos parados en un escenario en el que le hablamos a la multitud, la verdad es que la radio es mucho más personal.

La comunicación en radio va de tú a tú. Al fin y al cabo, le estamos hablando al oído a nuestro oyente.

Por eso debemos cambiar el chip de “saludar a todos los que nos escuchan” y más bien hablarle a una sola persona, a un solo oyente a la vez, como si estuviéramos conversando con un amigo. De esta forma logrará una conexión directa entre usted y su oyente.

El micrófono es su conexión directa con la mente del oyente. Utilícelo para transmitir sus pensamientos mediante la voz al oído y la mente de su público.

Por eso es que la comunicación debe ser personal, a una sola persona.

Es cierto que a la radio la escuchan decenas de miles de personas al mismo tiempo, pero usted debería hablarle solo a una, a ese amigo imaginario que no conocemos físicamente pero que sabemos que está ahí.

La radio en México ha sabido adaptarse a esta forma de pensar. Cuando uno llega de otro país se sorprende al escuchar a los locutores hablando de “te presento…”, “te saludo”, “te cuento que…”, algo a lo que en otros países no estamos acostumbrados porque nos enseñaron a decir “les presentamos…”, “los saludo”, “les cuento que…”.

Y esto lo han llevado incluso a medios como la televisión, que aunque antes hubiera sonado extraño ya sabemos que también se ha ido convirtiendo en un medio de consumo personal gracias a las pantallas portátiles y a la proliferación de televisores individuales en cada habitación del hogar.

Hable con su oyente. Hágalo sentir único y muy cercano.

2. No le hable al oyente. Converse con él.

Imagínese que está sentado en la sala de su casa conversando con un amigo. Esta es una forma natural e informal de hablar. No hay palabras rebuscadas. No hay un tono de ‘locutor’. No hay necesidad de invitarlo a que entre a sus redes sociales ni a que “mande saluditos”.

La formalidad queda de lado. Su conversación es más íntima, más cercana.  

El hecho de que usted no pueda ver al oyente ni tenerlo a su lado es lo que crea una barrera mental que nos genera lejanía con él. Rompa esa barrera. Use su imaginación y haga de cuenta que lo tiene frente a usted.

Hablarle “a” alguien significa que solo usted es quien emite un mensaje. Eso es lo que pasa cuando se da un discurso, por ejemplo. Usted habla y el público escucha.

Hablar “con” alguien significa que usted está interactuando con la otra persona. Abre las puertas para que la otra persona se sienta involucrada. Siente que hace parte de la conversación y que todo su interés está puesta en ella.

Mantenga siempre una conversación con su oyente como si estuviera en la misma habitación con él, porque, de hecho, está en la misma habitación «a través de la magia de la radio«.

3. La preparación es el 90% del juego

No me cansaré de remarcar la importancia de la preparación antes de abrir un micrófono, ya sea para un programa, para un turno habitual e incluso para un podcast.

Los atletas calientan sus músculos antes de entrar a la cancha y previamente han estudiado a sus competidores para saber cómo afrontar la carrera.

Un médico, cuando llega a una cirugía, ya sabe exactamente lo que tiene que hacer y le ha pedido a su enfermera que le tenga a la mano todos los instrumentos que va a utilizar en su operación.

Un abogado ha estudiado el caso con anticipación y ha preparado la forma como va a enfrentar al jurado en el momento de su exposición.

Usted, como locutor, debe entender que aunque su oficio es entretenido y depende en gran parte de sus habilidades personales, también debe hacerse de manera profesional, tal como se hacen otros trabajos y profesiones.

Estar preparado y saber lo que va a decir cada vez que abre el micrófono es el secreto detrás de las personalidades más entretenidas, divertidas, actualizadas e influenciadoras del negocio.

Es importante leer previamente el material que vamos a presentar para entregarlo al aire con eficacia y confianza.

Cuando estamos familiarizados con el material, dominamos las palabras y les damos énfasis e inflexión. Cuando editamos el material le ahorramos a nuestro oyente lo superfluo. Cuando leemos previamente, podemos buscar la pronunciación correcta de cada palabra.

Tener confianza en nuestra preparación nos permite darle sentido a nuestra lectura. Una obra musical puede estar bien escrita, pero si no es interpretada por músicos que la hayan ensayado varias veces, pierde su poder e impacto.

Nosotros trabajamos para los oyentes, para esas personas que responden en las encuestas que nos escucharon. Gracias a ellos mantenemos nuestro trabajo, hacemos que los jefes de la competencia se fijen en nosotros y de pronto hasta nos hagan mejores ofertas.

Por esa razón debemos devolverles a los oyentes un trabajo profesional y dedicado. Esa debe ser nuestra forma de agradecerles.

Ahora, parte de la preparación es estar familiarizados y seguros con el funcionamiento, la mecánica y los aspectos técnicos de la radio.

Conocer la consola, preparar con los técnicos la transmisión remota que viene más tarde, saber cómo sacar adelante la programación si se presenta una falla técnica, estar atento a si se va la señal del aire, cuidar la sobremodulación… todo hace parte de la preparación.

Por otro lado, si usted se equivoca al aire, si hace un “bache” o suelta dos audios al mismo tiempo, no se disculpe ni llame demasiado la atención sobre ello. Siga adelante como si nada hubiera pasado. Los oyentes no se detienen a pensar qué pasó ni lo van a insultar.

Y algo más acerca de la preparación: sepa siempre a dónde va, especialmente cuando esté improvisando lo que dice. Sepa cómo empezar lo que va a hablar y, especialmente, sepa dónde y cómo cerrar su apunte.

Si sabe cómo va a terminar no se quedará dando vueltas, rellenado con palabras sin sentido, repitiendo lo que dijo antes y llenando el aire con frases trilladas y muletillas.

Recuerde: los grandes presentadores de televisión leen con anticipación el libreto con las noticias que van a presentar y leen al pie de la letra lo que aparece en el teleprompter. Si ellos lo hacen y tienen grandes audiencias, no veo por qué un locutor de radio no puede libretear o preparar lo que va a decir…

4. Sea usted mismo, pero entretenido

Uno de los trucos para sonar relajado y natural al aire es ser uno mismo. Esto no significa que si usted es una persona tranquila por naturaleza, sin pretensiones e incluso aburrida cuando está en casa, deba traer esa faceta a la radio.

Todo lo contrario. Cuando le digo que sea usted mismo me refiero a sacar esa parte suya que sueña con ser animador. Ese que canta en la ducha o cuando va solo en su carro.

Esto no significa que todos tengamos que ser comediantes. Significa que debemos explorar la parte de nosotros que queremos mostrarle al público.

No sea tímido. Saque esa parte suya que dice «¡Oye, escúchame! ¡Tengo algo que decirte! ¡Merezco tu atención!«.

Tal como usted habla por teléfono con un amigo cuando le está contando un chisme o una anécdota de la fiesta de anoche, así debería ser su conversación al aire. Suene animado y verá cómo su entusiasmo será contagioso y convincente.

5. ¿Es importante preparar sus contenidos?

¿Vale la pena tomarse el tiempo de preparar? ¿No es más fácil abrir el micrófono y simplemente decir lo que le vaya fluyendo? ¿Realmente un oyente se da cuenta o le importa?

Bueno, lo cierto es que la radio se sigue escuchando y los niveles de audiencia son muy altos. En Colombia, más del 75% de la población escuchó radio ayer. Sí, tres de cada 4 personas escucharon radio ayer. O sea que a la gente sí le importa lo que usted haga en radio.

Pero también es cierto que hay emisoras que tienen más audiencia que otras, o sea que el público también demuestra que oye a quienes presentan contenidos que llenan sus expectativas.

Recuerdo haber leído acerca de un músico estadounidense llamado Roy Orbison que solía estar muy nervioso antes de sus presentaciones en vivo. No creía en sí mismo.

Pero un día vio en la marquesina del teatro un letrero que decía “Roy Orbison – Sold Out” (“Boletería agotada”). Ahí se dio cuenta de que después de tantos años la gente estaba allí porque lo amaba y sintió que algo debería estar haciendo bien para que pagaran por ir a verlo cantar.

A los oyentes les gusta amar a los locutores que escuchan.

Pero volviendo a la pregunta de si a la gente le importa que uno prepare lo que va a decir, recordemos que la emisora para la que usted trabaja tiene una audiencia específica que la escogió porque le gusta lo que hacen allí.

Lo que hay que preguntarse cuando usted vaya a hablar de algo es: ¿realmente lo que voy a decir le importa a alguien? Es posible que el oyente no se preocupe por el resfriado que usted tiene, pero sí podría interesarle una nota acerca de la búsqueda de la cura para el resfriado común.

La otra pregunta que debe hacerse es: «¿es importante?»

Hace años visité una emisora en la que tenían un papel pegado en la pared que decía: «Si no es importante, no lo diga«.

Esto no quiere decir que tenga que hablar de la situación política del país, de la paz mundial, de la cura del Covid-19 o del último descubrimiento científico, pero sí puede ayudarle a hacer que lo que hable al aire enganche mejor a los oyentes, que buscan información relevante.

Si quiere ser divertido asegúrese de hacerlo de una manera profesional y bien preparada, pero tenga en cuenta que por muy chistoso que usted sea, si habla de algo que no es importante para el oyente, este pensará que usted solo habla tonterías.

6. Autocrítica

Una de las herramientas más usadas por los profesionales de la radio en los países más avanzados es el Airchecking. Esta técnica consiste en grabar su turno o programa para ser escuchado más adelante y hacer críticas constructivas de su desempeño.

Lo ideal es que sea su jefe quien lleve a cabo esta tarea. Que seleccione solo sus intervenciones al aire y resalte las cosas buenas que hizo y señale las partes que pudieron hacerse mejor o los errores que no debería volver a cometer.

En estos artículos usted podrá conocer más de cerca esta técnica:

Pero incluso si su jefe no lo hace, usted debería tomarse el tiempo de grabar sus intervenciones y escucharse para descubrir en qué puede mejorar su locución.

Cuando se escuche, primero que todo trate de fingir que es un oyente. No se castigue. No hay que ser demasiado duro con usted mismo. No es secreto que a muchos locutores no les gusta el sonido de sus propias voces. No estamos acostumbrados a escuchar nuestra voz como otros la escuchan.

Escuchar su Airecheck puede ser útil para entender su propio estilo, la inflexión de su voz, la forma como entrega el contenido y la precisión de su lectura. Pero escuchar demasiado críticamente puede obstaculizar su próxima salida al aire si se vuelve demasiado consciente de usted mismo.

Relájese. Tenga en cuenta que nadie más grabó su programa para escucharlo más tarde ni se va a sentar a criticarlo.

Usted puede aprender mucho usando esta técnica. Si usa muletillas las descubrirá fácilmente al escucharse. Ser consciente de ellas y trabajar para erradicarlas puede ayudar a mejorar su forma de hablar y convertirlo en un comunicador más fluido y eficaz.

7. Diviértase

Recuerde energizar su desempeño tanto como su personalidad se sienta cómoda. Busque esa parte de usted que está entusiasmada con lo que está entregando al aire. Trate de estar siempre «encendido» cuando el micrófono esté «encendido».

La alegría y el entusiasmo se contagian. El buen humor también. Si sus oyentes se dan cuenta de que usted se está divirtiendo, ellos se divertirán también.

Relájese y disfrute su turno. Si bien es importante hacer su trabajo de manera profesional, deje sus preocupaciones de lado. Concéntrese en lo que está haciendo, haga de cuenta que está conversando con su mejor amigo y su interés es que esa persona no se aburra nunca.

Conclusión

Recuerde: no es lo mismo hablarle a alguien que hablar con alguien. Use su imaginación para entablar esa conversación con el público y haga que se sientan cercanos, que exista esa intimidad entre usted y ellos.

Aprensa de sus propios errores para mejorar de manera continua y para establecer su propio estilo, uno que lo diferencie de los demás y que haga que su horario sea el preferido de la audiencia.

¡Y diviértase! Así se le hará más agradable su trabajo y contagiará a los oyentes con su buena onda.

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