No descargue canciones de Youtube para su emisora

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Cuando comencé a trabajar en radio, a finales de los años 70, teníamos una ventaja sobre las demás emisoras: la gran mayoría de canciones que transmitíamos eran importadas de Estados Unidos e Inglaterra.

Los promotores de las casa disqueras, en lugar de llevarnos las muestras promocionales, llegaban a la emisora a ver qué música nueva nos había llegado para llevarles esa información a sus jefes y saber qué podían lanzar al mercado.

Podíamos darnos el lujo de tener canciones “exclusivas” que nos enorgullecíamos en presentar, y así lo cobrábamos ante nuestros competidores que hacían grandes esfuerzos por conseguirlas. Por eso teníamos la costumbre de “marcarlas”.

De hecho, recuerdo cuando lanzamos, a finales de 1981, una canción llamada “Just an illusion” del grupo Imagination. Nuestro competidor directo, Radio Musical, lo grabó de nuestra transmisión, y al no saber cómo se llamaba ni quién la interpretaba, dijo que era un supuesto éxito de Alaska y los Pegamoides.

Pero muchos años después llegó internet, y ya no había forma de tener canciones “exclusivas”.

La radio, según numerosos estudios, sigue siendo una de las principales fuentes de consulta por parte del público para saber qué hay de nuevo en la música, aunque internet cada vez gana más preponderancia, como era de esperarse.

Aunque las cifras que presento en el siguiente cuadro corresponden al año anterior, podemos ver la forma como se comporta el público de ese país a la hora de descubrir canciones nuevas:

https://www.edisonresearch.com/wp-content/uploads/2019/08/New-Music-Discovery-ID2019.png

Muy probablemente las cifras han cambiado en lo que va de este año, y ese comportamiento no tiene que reflejarse necesariamente con el del público de nuestros países, puesto que el acceso a internet en los segmentos más pobres, que además son los más poblados, es aún muy bajo.

Sin embargo, debemos tener en cuenta que, según Hypebot, cada hora del día se suben, al menos, 1.000 canciones a Spotify, Apple Music, Google Music y demás plataformas. Esto equivale a 24.000 canciones nuevas aproximadamente cada día, lo que suma alrededor de 1 millón de canciones cada seis semanas.

No hay forma de seguirles el paso a esos lanzamientos, y es ahí donde la radio juega un papel preponderante, pues gracias a la experiencia, los conocimientos y el gusto de sus programadores, se hace un filtro exhaustivo -o ‘curaduría’- que deja por fuera canciones sin mucho potencial.

Volviendo a tiempos antiguos, muchos recordamos cómo los promotores llegaban a las emisoras y trataban de convencernos de programar los lanzamientos de la semana. Nos inundaban de muestras en vinilo o en CD, y era común ver arrumes de discos en los escritorios de los programadores.

Hoy en día, las disqueras trabajan de una manera diferente: envían sus muestras en MP3 o WAV por correo electrónico o entregan un enlace de dónde descargar sus canciones nuevas.

Pero les queda muy difícil mantenerse al día frente a las redes, Youtube y plataformas de streaming, y por eso muchas veces, los programadores, en su afán de estar al día o adelantarse a otras emisoras, deciden descargar las canciones desde Youtube, Spotify o Deezer.

Y aunque esa puede ser una solución rápida y eficiente, hay que tener mucho cuidado.

Problemas legales

Primero que todo, debemos saber que descargar música de internet y ponerla al aire en su emisora puede ir en contra de la ley. Desde el punto de vista legal, no se pueden usar canciones descargadas sin el permiso del propietario de cada obra.

Google dice: «Nuestros términos de servicio prohíben la descarga o copia de videos en YouTube sin el consentimiento explícito del titular de los derechos de autor. Una vez notificado de una herramienta o servicio infractor que permite la descarga de un video de YouTube sin permiso del propietario del contenido, tomamos las medidas apropiadas«.

Aunque sabemos que eso es muy difícil de controlar y más aún en nuestros países, no sobra advertir que si usted lo hace podría meterse en problemas jurídicos.

Y es que estamos tan acostumbrados a poner la música que queremos que hay cosas que no sabemos. Por ejemplo:

Los discos, tanto en vinilo como en cassettes y CD, traían en el sello una advertencia muy clara que decía: “Prohibida la reproducción, ejecución pública y radiodifusión de este disco”.

THE ROLLING STONES: Sticky Fingers – ULTRASÓNICA

Entonces, ¿cómo era que poníamos esos discos al aire? Simplemente porque las casas disqueras nos entregaban sus muestras promocionales, con lo cual, de manera intrínseca, nos daban el permiso de tocar esas canciones al aire. Y eso no ha cambiado.

Pero lo que muchos no saben es que esas muestras promocionales no son propiedad de las emisoras ni de los programadores. Realmente son de propiedad de la disquera, que incluso podría pedirnos que las devolvamos cuando ellos así lo soliciten.

Claro, todos sabemos que después de tantos años de funcionar como hasta ahora, ninguna disquera va a pedirnos que les devolvamos sus muestras…

Calidad del audio

Y si a usted no le importa violar las leyes de derechos de autor y de radiodifusión sonora, sí debería preocuparse por otro tema igual de importante: la calidad del sonido.

Lo primero que debemos saber es que la calidad de la música que descargamos de Youtube depende del ancho de banda que usted use en su computador. Youtube está configurado de tal manera que se ajusta a la velocidad de su internet para poder apreciar el video de forma correcta.

Si la velocidad de descarga es lenta, Youtube lo detecta inmediatamente y ajusta su streaming bajando la definición. Usted puede ver el video, pero con mucha menos calidad. Por el contrario, si tiene buena velocidad, la calidad del video será muchísimo mejor.

Esta afectación se va a notar tanto si usted descarga el audio del video mediante un convertidor como si lo graba directamente con su software de grabación al reproducir el video.

Si no cuenta con un buen ancho de banda, el sonido tendrá una serie de distorsiones que, al pasar por el procesador de audio de su cadena de transmisión, se harán aún más evidentes. El sonido será terrible.

Compresión de Youtube Music

Pero, bueno: supongamos que usted cuenta con un buen ancho de banda y gran velocidad de bajada. Veamos ahora cómo Youtube comprime el audio.

Cuando era niño, recuerdo que me gustaba ponerle a mi bicicleta unos cartones pegados al ‘tenedor’ de la bicicleta para que al rozar con los radios de la llanta produjera un sonido parecido al de una moto. Algunos lo hacían amarrando unos globos inflables.

También era común que al ver una valla de jardín hecha con tablas verticales, usara un palito para pasar haciendo un ruido como “ra-ta-tá”…

No sé si usted lo hizo o si yo era el único tonto que disfrutaba con eso, pero lo cierto es que bajo ese principio funcionan los discos de vinilo. Tienen unos surcos grabados en el plástico. Cuando la aguja pasa por encima de ellos se produce una vibración que podemos escuchar.

Y no tiene que ser un proceso eléctrico: de hecho, así funcionaban las Victrolas de inicios del siglo pasado. Incluso sin necesidad de las grandes cornetas que las caracterizaban, si uno se acercaba al aparato podía escuchar perfectamente la grabación del disco.

Imagen relacionada

Con la llegada de la era digital, la música comenzó a escucharse en CD y más adelante en archivos digitales (MP3, WAV, ACC, etc.)

El problema es que para lograr escuchar la riqueza del sonido a través de un reproductor digital se necesita que esos archivos, que son muy grandes o ‘pesados’, hay que reducirlos.

Con la llegada de los iPods y demás reproductores portátiles, había que comprimir los archivos, de forma que cupieran en el disco duro de los diferentes dispositivos.

El oído humano solo puede escuchar sonidos que estén dentro del rango entre los 20 y los 20.000 hercios. No podemos distinguir sonidos por debajo o por encima de esas frecuencias.

Sólo para comparar, el oído de un perro puede captar sonidos entre los 20 y los 65.000 hercios. Por eso decimos que tienen un oído más agudo que el nuestro. Incluso hay silbatos que emiten frecuencias inaudibles para un ser humano pero sensibles para esos animales.

Para poder meter toda la información que trae el sonido en un archivo de audio, los ingenieros decidieron cortar las frecuencias que nuestro oído no capta. Es decir, los que estén por debajo de los 20 hercios y por encima de los 20.000. A eso se le llama compresión.

En pocas palabras, aunque el sonido nos puede parecer muy claro y nítido, la verdad es que al escuchar una canción no estamos oyendo toda la riqueza de sonido que podría tener. Por eso, muchos aseguran que el sonido de un disco de vinilo es mucho mejor que el de un CD o un archivo digital.

¿Y cuál es la calidad de sonido que nos entrega Youtube?

En este momento, si usted escucha en calidad normal, que es la que ofrece el servicio gratuito de esa plataforma de videos, obtendrá 128 kilobits por segundo (kbps). En el caso de los suscriptores Premium, la calidad es del doble, 256 kbps.

Sin embargo, si usted tiene una conectividad débil es posible que solo obtenga una calidad de 48 kbps.

Y aquí es importante conocer algo más. Cualquier audio subido a Youtube sólo puede tener una resolución entre 128 y 256 kbps. Incluso si usted sube a Youtube un audio a 320 kbps, la plataforma lo comprimirá para que quede en ese rango.

Eso significa que ningún audio de Youtube es de alta calidad.

Pero hay más problemas. La mayoría de las veces, no sabemos de dónde salió el audio para el video que usted está copiando o descargando. Puede ser una copia de otra copia de otra copia…

Y aquí es importante entender lo siguiente: todos sabemos que un archivo en formato WAV debería entregar mejor sonido que uno en MP3, porque supuestamente está menos comprimido.

Sin embargo, esto no siempre es verdad. Mucha gente cree que con tomar un archivo MP3 y convertirlo en WAV ya le mejoró la calidad. O que tomó un audio de 128 kbps y lo guardó a 320 kbps y con eso quedó de mejor calidad. Y eso es falso.

Al convertir un video de YouTube a MP3 de 320 Kbps, de hecho está dañando la calidad del audio. El sitio de conversión extraerá el audio de YouTube, lo convertirá en MP4 o ACC y luego lo volverá a convertir a un MP3 de 320 Kbps.

Cada vez que convierte un archivo de audio de un formato a otro, se comprime de nuevo, y al «sobremuestrear» una fuente de 128 Kbps a 320 Kbps en MP3, solo está agregando un montón de datos inútiles al archivo, lo que produce un inútil ruido de fondo.

Para entender mejor lo anterior: imagínese que usted tiene algunas cintas de VHS viejas por ahí. Las copia en su computador y los graba en un disco de DVD. ¿Se convierten mágicamente en videos de calidad DVD? Obviamente, no. Lo guardó en un DVD pero sigue viéndolo igual a como lo hacía en VHS.

Miremos otro ejemplo: supongamos que tiene una foto de 500 × 500 pixeles y la amplía a 5000 × 5000. Aunque el tamaño del archivo aumenta, la imagen se pone más borrosa y “pixelada”. Eso es esencialmente lo que sucede cuando convierte un video de Youtube a una tasa de bits más alta.

Si desea convertir videos de YouTube a archivos de audio sin dañar la calidad del audio, es mejor que lo haga a un formato sin pérdidas, como WAV o FLAC. Al menos de esa manera, el video original de YouTube no se comprimirá durante la nueva codificación.

¿Y Spotify?

A finales del año pasado, Spotify anunció que entregaría una velocidad de 320 kbps a sus suscriptores Premium, a lo que llamó “Sonido de Alta Calidad”. Por su parte, las pistas de Amazon Music HD tienen una tasa promedio de bits de 850 kbps y sus pistas Ultra HD tienen una tasa de bits promedio de 3.730 kbps.

Sin embargo, la tasa estándar para la aplicación de escritorio de Spotify es de 160 kbps para usuarios gratuitos. Los dispositivos móviles obtienen una tasa de bits de 96 kbps, aún más comprimida.

Conclusión

Ante todo lo anterior, tenga en cuenta que un audio de Youtube, Spotify, Deezer o de cualquiera otra plataforma ya ha sido comprimido, y al guardarlo en su computador en MP3, WAV o en otros formatos, está volviendo a comprimir ese audio.

Pero además, al emitir ese audio, el sonido volverá a ser comprimido por el procesador de la emisora. Esto significa que el audio que usted emite por su emisora ya ha sido afectado por demasiados procesos.

Por eso usted debe procurar que el sonido de una canción sea lo más parecido al audio de la grabación original. Mientras menos compresión y procesamiento tenga, mejor.

En su emisora, usted no debería usar canciones descargadas o grabadas desde Youtube o Spotify. La mejor manera es conseguir el CD original, obtener la música directamente de las disqueras o suscribirse a un servicio de música.

En este sentido, los suscriptores de Monitor Latino tienen una gran ventaja, puesto que pueden descargar desde allí todas las novedades que lanzan las casas disqueras en formato WAV o MP3 de alta calidad.

Si está en sus manos, restrinja el ingreso de canciones y archivos de audio a su sistema de emisión. Encargue a una persona para que cuide el sonido y se asegure de que todas las grabaciones tengan la mejor calidad.

Recuerde: la calidad del sonido también es responsabilidad del director y del programador.

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