¡Se nos están acabando los grandes intérpretes!

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Opinión: One, two… One, two, three, four

Con la muerte de José José, he tenido a bien reflexionar sobre el futuro de la industria musical hispana y realmente me ha resultado hasta cierto punto abrumador el que los grandes intérpretes que dejaban legados icónicos en el negocio, poco a poco están muriendo.

Fue desde los años 50’s, hasta los 90’s cuando se dieron décadas bastante fructíferas en la música, en donde se dieron a conocer grandes artistas y/o compositores tal es el caso de Juan Gabriel, Enrique Guzmán, Rocío Durcal, Camilo Sesto, Emmanuel, Mijares, Roberto Cantoral, Yuri, entre muchos otros.

Actualmente hay grandes compositores, sin embargo, no hay artistas apoyados lo suficientemente fuerte para que sus carreras sean legendarias en todo el mundo. Esto en parte responde a los intereses de la industria discográfica, la cual sólo ha encontrado su negocio en producir artistas de moda, y por el contrario, quitarles presupuesto a los proyectos de cantantes que realmente tenían algo que aportar vocalmente, líricamente o interpretativamente.

La industria discográfica ha lanzado a cientos de artistas que tienen éxito por unos cinco o diez años, a los que mejor les va; y realmente le funciona este esquema de trabajo, puesto que cumplen sus objetivos de negocio generando ingresos, sin embargo, no se está privilegiando el dejar legados. Se entiende que el contexto globalizado haya cambiado y que las exigencias del público cada vez son más momentáneas, pero poco a poco se está perdiendo la identidad musical nacional que solían representar esas figuras exitosas.

  • ¿Por qué se percibe que las empresas discográficas están lanzando artistas “sin talento”?

La realidad de las cosas es que ya no se privilegian grandes voces, de esas que te hacían enchinar la piel con sólo interpretar la primera estrofa de una canción; la industria cambió y ahora en la mayoría de los casos se buscan voces distintivas, medianamente afinadas, acompañadas en su mayoría de caras bonitas o identificables en el público.

Justamente el negocio se volvió más en un paquete de requerimientos mercadológicos que en arte, lo cual resulta preocupante, puesto que de cierto modo, podría parecer que la esencia de la música se está perdiendo.

Recientemente podrá haber canciones con ritmos muy buenos, pero, las líricas que realmente expresaban historias trascendentes, se han dejado de lado, para pasar a una era en donde la superficialidad ha permeado los últimos 25 a 30 años.

Esto ha sido el resultado de una industria discográfica que se encontró en situación de crisis y que no supo dar al público contenidos de calidad, buscando una salida sencilla y que respondiera a las necesidades del momento, sin preocuparse por apoyar artistas de verdad.

Podría parecer que este artículo de opinión lo escribe algún Baby Boomer, sin embargo, es una crítica a la industria discográfica realizada por una persona de 27 años, que ha logrado indagar en que la efimeridad a la que responde el negocio musical, puede llevarla al fracaso en un futuro no tan lejano.

¿Qué opinas al respecto?

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