¿Cuánto tiempo nos escuchan, realmente?

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Lo que le voy a contar acá rompe muchos mitos. Usted puede creer en esto o no, pero eso no cambiará las cosas…

Imagine que usted está de vacaciones. Llega a la piscina del hotel, camina como todo un modelo profesional conteniendo la respiración para que nadie vea su panza, mira a su alrededor y ve dos lindas chicas en bikini.

Usted hace su mejor esfuerzo para impresionarlas, toma impulso y, ¡pluf!, se clava en la piscina y comienza a nadar… disfruta del chapuzón y sólo piensa en impresionar a las hermosas mujeres que no se pierden detalle de su hazaña…

Ahora cambiemos  de juego: imagínese que usted es el encargado del mantenimiento de la piscina. Lo menos que le interesa es quién está en ella. De hecho, usted preferiría que no hubiese nadie para poder hacer mejor su trabajo.

Su labor es mantener el nivel exacto y un correcto ajuste del PH, realizar la desinfección del agua y su filtrado para prevenir la presencia de algas, hongos y bacterias. Mantener el agua cristalina, cuidar y mantener el filtro de la piscina… y quién sabe cuántas cosas más.

Esta es la realidad: nadie piensa en lo que hay que hacer para mantener la piscina en perfectas condiciones sino el encargado. Realmente, a nadie le importa. De hecho, la mayoría de la gente sólo va a tomar sol, y cuando tiene mucho calor se da un chapuzón.

Le tengo malas noticias:

Bueno, lo mismo sucede en radio. Quienes trabajamos en ella creemos que la gente está pendiente de todo lo que hacemos allí. Creemos que escuchan lo que decimos con mucha atención y que están pendientes de nuestros eventos, promociones y conciertos.

Incluso regañamos a alguien que llama a pedir la canción que acaba de sonar y sentimos que nadie nos está oyendo porque no hay mensajes en el chat y sólo hay 3 personas mirando la webcam.

Pero resulta que la gente, así como no piensa en cómo mantener limpia una piscina, tampoco sabe ni le importa lo que pasa en la radio. Un oyente normal entra a su cuarto, prende la luz, enciende el radio, se conecta a Facebook, se toma un café, habla con su hermano y está pendiente de que le sirvan la comida.

Si no me cree, mire ya mismo a su alrededor: nadie está llamando a una emisora. Nadie está mandando “mensajitos”. Nadie está mirando en qué frecuencia está sintonizado su radio. Nadie está comentando con su compañero la música tan buena que usted está pasando.

Como dije en un artículo anterior: para el común de la gente, la radio es un electrodoméstico más

Pero sí nos escuchan, afortunadamente, y si tenemos la suerte de que la firma encuestadora encuentre a un oyente nuestro, seguramente ganaremos algunos puntos de audiencia.

Más malas noticias:

Ahora miremos su trabajo: todas las mañanas, usted se esfuerza por crear un gran contenido para su programa con el fin de satisfacer a sus fanáticos y atraer oyentes nuevos. Sin embargo, las mediciones de audiencia nos dicen que la gente no escucha mucho de lo que hacemos y decimos.

Uno hasta podría ofenderse: tanto trabajo para que no lo escuchen o, lo peor, para que se vayan a la competencia. Como si no supieran lo difícil que es esto…

El oyente distraído

Un oyente habitualmente se está centrando en otra cosa, como hablar con su cónyuge o hijos. Podría estar sintonizando nuestra emisora, pero la tiene como ruido de fondo. Tanto que nos esforzamos preparando un buen material y el oyente ni siquiera lo escuchó…

Luego suena el teléfono o aparece un mensaje en el WhatsApp. Lo más probable es que hasta apague el radio para hacer planes para almorzar con un amigo o para encontrarse con su jefe más tarde.

Después se baja del carro para hacer un par de vueltas o entra a una tienda a tomar un café. Esa sección que usted tanto preparó pasó inadvertida para nuestro oyente. Y cuando regrese al carro, lo más probable es que ni se acuerde de qué estaba usted hablando y cambie de emisora.

Más tarde, al fin llega a la oficina. Bueno, al menos allí sí podrá escuchar con calma esa entrevista que usted ha estado promocionando desde ayer. Pero un amigo le envió un video de YouTube. Entonces lo mira y ese video lo lleva a otro, y a otro… y se olvida de la emisora.

Cuánto tiempo escucha radio una persona realmente

Este patrón se repite día tras día, hora tras hora, con todos los oyentes. No son solo los oyentes casuales. También son sus fans. Ese oyente apasionado que pasa más tiempo con su emisora que los demás, también se olvida de usted.

Y cuando uno se pone a analizar cuánto tiempo de su programa realmente escucha la gente uno podría decir: “renuncio”. Esas cifras aleccionadoras seguramente le dejarán una enseñanza y lo instarán a hacer algo al respecto.

Las matemáticas

Y esas cifras nos las muestra un consultor estadounidense llamado Tracy Johnson. Aunque están basadas en datos de audiencia en Estados Unidos, no difieren mucho de nuestra realidad:

Asumamos que usted está al aire 4 horas al día, 5 días a la semana.

Eso equivale a 20 horas o 1.200 minutos por semana.

De acuerdo con las investigaciones de audiencia sabemos que un oyente sintoniza su programa de la mañana favorito un promedio de 3 veces al día, durante menos de 10 minutos en cada ocasión.

Y aunque usted no lo crea o le moleste admitirlo, la gente no escucha su programa todos los días. La cruda realidad es que un oyente promedio sólo lo escucha 2.3 días a la semana.

Eso significa que de las 4 horas que gasta en su turno, a usted realmente lo escuchan 30 minutos al día. Sí señor: son muy pocos los que escuchan su turno completo. Probablemente nadie lo haga.

Entonces sigamos con el ejercicio: Multipliquemos 30 minutos diarios por 2.3 días a la semana.

30 x 2.3 = 69 minutos a la semana.

Y usted está al aire 1.200 minutos cada semana, así que el tiempo que un oyente fiel se gasta en escucharlo es:

69 ÷ 1.200 = 5.75%

100% – 5.75% = 94.25%

Es decir: uno de sus oyentes favoritos, uno de sus más grandes fanáticos, se pierde un 94.25% de su programa o de su turno.

Qué hacer al respecto

Eso duele, ¿no? Ah, olvidé mencionar que esta es solo la cantidad de tiempo que un oyente registra en las mediciones de audiencia. Recordemos que, por lo general, esa persona está escuchando en segundo plano, porque puede estar ocupado haciendo otras cosas. Así que el dolor es más grande…

Sin embargo, estos datos no deben desanimarnos.

Ya sabemos que uno no puede cambiar los hábitos de las personas. Entonces lo que usted debe hacer es acomodarse al estilo de vida de ellas. Y esto, ¿qué significa para su programa o turno al aire?

Aquí hay 3 recomendaciones claves:

  1. Entienda que su programa no comienza cuando usted abre el micrófono. ¿Sorprendido? Es que su programa realmente empieza cuando alguien enciende su radio y lo sintoniza. Y lo mismo pasa con el final de su turno o programa: termina cuando ese oyente se desconecta.

Entonces olvídese de esa primera salida al aire en la que usted aparece lleno de ánimo contando todo lo que va a hacer durante las próximas 3 o 4 horas.

Más bien, comience de una vez con algo fuerte, algo impactante que enganche al oyente de inmediato. Promueva lo que va a hacer en los próximos minutos a ver si logra que lo vuelva a escuchar una ocasión más hoy.

  1. Si el oyente prende el radio y no lo escuchó hablando del concierto de anoche, creerá que usted no está enterado. No importa que ya lo haya comentado más temprano o que tenga planeado hacerlo más tarde. Para ese oyente, su programa apenas acaba de comenzar.

Cuando usted «guarda» un tema para las 7:30 porque supuestamente es la hora de mayor audiencia, su público de las 6:15 o de las 8:50 no se va a enterar, y pensará que usted no está actualizado. Para ellos, usted ni siquiera lo mencionó.

Deje de guardar sus mejores temas. Trate de realizar el arte de repetir, de hacer algunos cambios o mostrar avances de sus temas importantes. Eso se llama ‘reciclar’. De esto hablaré en un artículo muy pronto.

  1. Cuando usted acepte el hecho de que los oyentes realmente se desconectan y que no hay nada que usted pueda hacer al respecto, tendrá que aprender a promover sus contenidos con ganchos llamativos.

Es posible que usted no pueda evitar que el oyente cambie de emisora o apague el radio, pero sí puede hacerle ver a ese oyente que si se desconecta se va a perder de algo realmente bueno. Esta es un arma muy valiosa, y en un próximo artículo también hablaré de ello.

Conclusión

Apuesto a que usted no se imaginaba estas cifras, y a que todavía no cree en ellas.

Apuesto a que usted siente que, como le siguen llegando 5 o 10 mensajes al WhatsApp, “todo el mundo” lo está escuchando…

Ok. Es su decisión. Pero si definitivamente quiere mantener a su audiencia contenta y conectada, aunque sea por tan poco tiempo, trate de rediseñar su programa o su turno. Preocúpese por hacer que el programa se destaque con un material realmente bueno.

Hágase esta pregunta: ¿Está trabajando para que su programa se adapte al comportamiento de sus oyentes o usted sigue creyendo que son los oyentes los que se van a adaptar a su forma de hacer radio?

Recuerde: como dice mi amigo Félix Riaño, “el siglo XXI es hoy”.

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