En Colombia se sigue escuchando mucho la radio

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Les presentamos la primera de dos partes.

Carlos Javier Méndez, es uno de los locutores y pieza clave de la estación Vibra 104.9 FM, en la que ha militado por más de 19 años y la cual ha logrado colocarse en el gusto del público, figurando dentro de las 10 más escuchadas en el país.

Hablemos de radio en Colombia…

Colombia sigue siendo un país de mucha radio, la gente aún la consume mucho, es el medio de comunicación que por fortuna menos ha perdido dentro de la gran competencia que hay hoy entre los medios nuevos y los tradicionales. Colombia sigue siendo un país de una gran audiencia y de gran consumo.

¿Y por qué cree que la gente dice que ya no escucha radio?

Sí nos vemos enfrentados a unas nuevas tecnologías para las cuales deberíamos estar preparados, pero no sé por qué la gente se atreve a decirlo siquiera un poco. Hay mucha que aún se mueve por supuesto en otros canales, ¿no?, pero yo creo que tradicionalmente en algunos países como el nuestro, el consumo de radio sigue siendo muy alto. Que se deje de escuchar radio creo que ha sucedido un poco en otros países donde todo va mucho más rápido en la tecnología y no porque nosotros vayamos atrás, sino sencillamente porque nuestra costumbre es muy fuerte todavía en escuchar radio. El país se va a demorar más en liberar sus públicos de radio a otros medios, pero tampoco lo desconocemos, hay gente que ya ni siquiera prende un radio.

Esta mañana hablé con una escucha de Vibra y me decía que tiene dos hijos y sus hijos no tienen ni idea de lo que es la radio y que consumen la música desde otras partes, mientras que ella, que tiene un poco más de 30, es una persona que consume radio todos los días, ya sea en su casa o ya sea por celular.

¿Qué lo apasiona de la radio?

La pasión por la radio siempre ha estado. Estaba muy peladito cuando escuchaba la radio y la música. Inicialmente yo soñaba con ser DJ de una emisora e hice muchas locuras para llegar a trabajar en radio y cometí hasta imprudencias. Mi mamá me decía: “Mijo, usted tiene que irse a estudiar ingeniería de algo, yo nuca le voy a patrocinar una carrera relacionada con los medios, nosotros no somos de familia reina, ¿cómo se va a poner usted a estudiar eso?”; y yo insistía e insistía, hasta que un día llamé a un programa de radio y y me contestó el coordinador del mismo, y yo le dije: “Oiga, hermano, yo quiero trabajar en radio” y me contestaron “¿Por qué no viene tal día y hace una prueba aquí?”. Le dije a mi mamá y nunca me dejó ir. Llamaba a las emisoras y pedía trabajo, pero mi mamá jamás me dejó. Un día llamé a 88.9 y me hice pasar a Fernando Pava, estaba peladito, tenía 16 o 17 años y con esa pasión y esas ganas para trabajar en radio y el tipo me dijo “¡Venga!”. Fui, lo conocí por fortuna el camino nos ha llevado al lugar indicado para hacer radio.

¿Usted considera que el universo conspira para que los sueños se le hagan a uno realidad?

Yo sí creo en eso un poco. También en la medida que uno obre, también le van a llegar las cosas, pero sí, hay personas que estábamos destinadas a nuestra labor, sea la que sea, y creo que en algún punto del camino, todos vamos a tener lo que nos corresponde.

¿Cuál fue la primer emisora en la que usted estuvo al aire?

Tenía 15 o 16 años, estaba todavía en el colegio y conocí por accidente en el Preicfes a las hijas de un señor que tiene una emisora en Facatativá, que se llama Vilmar Stereo, eso para mí fue como mi primer amor de la radio. Casualmente me hice amigo de ellas y me iba todos los sábados y allá me dejaban hablar, era sencillamente que dejaban hablar, no era nada más, y en una emisora tan regional, tan costumbrista, me dejaban meter la cuchara, y yo no sabía de esa música, yo lo único que sabía era un poco de música en inglés porque con eso crecí.

¿Vilmar todavía tiene la misma programación de siempre?

No sé cuál sea su programación hoy por hoy, pero en ese momento hacían distintas cosas, por la mañanas eran como baladas y en la tarde era como tropical. Yo iba a allá y me dejaban hacer mis pininos, luego me invitaban a grabarles comerciales y me pagaban 2 mil pesos por cada cuña que les grababa y le daba por supuesto a la fama de carnes, a la panadería de la esquina y me pagaban ese dinero. Una vez me grabé 10 cuñas para un reinado que había en el regional y me gané 20 mil pesos, y eso fue lo primero que gané con la voz y no lo podía creer. Aprendí también a cuadrar los discos, a conocer la consola, los cartuchos que se utilizaban todavía; teníamos que dejar todo bien cuadrado, porque si no todo entraba mal al aire; había que cuadrar los acetatos para que salieran, ya había CD’s, pero se usaban mucho los discos y cartuchos, y había que grabar las cuñas de chorro, es decir, si uno grababa una cuña, la cogía el principio al final y no se podía equivocar, no se podía editar como hoy, era el año ‘91, donde ya había cierta tecnología, pero eso era muy bonito porque, claro, uno respiraba y yo no sabía que no se le podía acabar el aire, el operador le ponía a uno la cortina, o sea, la música por debajo, y uno leía ese texto de principio a fin, hacía unas cuantas tomas y como quedó, quedó.

¿Y la parte profesional cuando comenzó?

Después, ya estando en la universidad, metí la cuchara en la facultad de Publicidad, estudiaba Periodismo, pero me cambié, y en la facultad de Publicidad pedí hablar con el decano, y le pregunté que qué había que hacer en el congreso de publicidad que se organizaba en la universidad en esos días y él me dijo “Usted tiene buena voz ¿Por qué no me hace las cuñas para el Congreso? Que ya van a salir”, y me mandó a un estudio de grabación, donde conocí a Arturo Astudillo, que era un músico publicitario que además fue famoso en los ‘60 y ‘70, y él cogió por primera vez mi voz para un comercial de televisión, tenía 18 años cuando eso pasó, me parecía increíble, estaba cumpliendo mis sueños muy temprano; todavía me faltaba trabajar en un radio más grande y más dedicada, pero me fui a la universidad porque mi mamá me recomendó en todo caso y después de la pelea finalmente accedió a que estuviera en Periodismo. Cuando ya estaba terminando la universidad empecé a tocar puertas para comercializar mi voz para los comerciales, y estando en eso, por accidente también llegué a esta casa que hoy es Radiópolis, propietaria de emisoras como Candela, www.wepa.com.co el canal en internet donde suenan las emisoras On Line, Hoy por hoy; en ese momento no existía Vibra y se dio por accidente.

Vine a grabarle unas promociones a un muchacho que trabajaba acá que me conocía, y en ese pasó una de las programadoras de acá, y fuey le dijo al jefe mayor, a William, que abajo había un muchacho con una voz chévere haciendo unas promos, que por qué no bajaba y lo escuchaba, y tuve la suerte de que bajó y me escuchó, y me dijo: “Tienes una voz muy interesante, ¿cómo te va con el inglés” y como no me iba mal, empecé a hacerle un turno en una emisora que él estaba montando en aquella época, y que hoy es Vibra, él quería hacer algo como tipo Caracol Stereo, que fue una emisora muy famosa y respetada. En ese momento no tenía nombre, le pusieron “La Estación”, después se llamó 104.9, y lo de la música en inglés lo abandonamos por orden del jefe porque no nos estaba yendo muy bien. Ahí comencé, y a los 15 días me contrataron. Desde ahí llevo 19 años vinculado a esta empresa, he estado por irme dos o tres veces a otros medios de comunicación y siempre termino quedándome. Después de 104.9, que durante un tiempo tuvo un panorama no muy claro, ensayamos con el rock en español, con la música en español, nos empezó a ir como bien, después sólo rock en español no nos funcionaba, hasta que decidimos incluir música en español romántica, de ahí nació el nombre de Vibra, que eso ya fue más o menos en 2003.

Fin de la primera parte.

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Entrevista: Maximiliano Guerra

Transcripción: Joel Rodríguez

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