¿Divertido o profundo?

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Tips para ser entretenido pero también pensante.

Hacer una emisión radiofónica inteligente no tiene por qué sonar pomposo, tedioso o aburrido, pero hacer una emisión de entretenimiento tampoco tiene porque resultar ñoño o con poco fondo. He aquí algunos tips para encontrar el equilibrio en los contenidos de la radio:

  • Aunque tu programa de radio se haya pensado para ser escuchado por el público más relajado y poco complicado del cuadrante, un principio básico es manejar información clara, directa y sencilla. Rastrear información general o específica requiere de fuentes de información; es decir, que si como locutor otorgas una frase célebre, un dicho o una cita de alguien más, lo honesto es dar la referencia de la información.

  • El manejo del entretenimiento no tiene que ser forzosamente el pastelazo o el chiste burlón, sarcástico o las bobadas para “entretener” a los radioescuchas. La gran ventaja de la radio es que es una caja mágica llena de imaginación; por lo que puedes generar situaciones divertidas, gozosas y entretenidas por medio de la dramatización, la comedia de situación e incluso usando gags o situaciones entretenidas en cabina. No te sientas solo en la cabina de transmisiones y comunícate con el ingeniero operador, con el público y hazlos tus cómplices en el entretenimiento mutuo.

  • Es mentira que las emisiones de radio entretenidas sean sólo reflejo de lo superfluo, y es mentira que lo educativo deba manejarse con lenguaje y ritmo lento, pomposo o explícito. Lo más grandioso del ingenio, el mexicano particularmente, es la riqueza del manejo del doble sentido. Ah, pero antes de que supongamos que hay que alburear a los demás para hacerlos reír, quiero aclarar que el doble sentido (sea albur, juego de palabras o doble significado de lo que decimos) es una habilidad del uso adecuado del lenguaje, los significados y la capacidad de dar a entender dos cosas en un mismo discurso, variando en intención acerca del dicho o en el contexto que nos encontremos. Así que es adecuado jugar con las palabras, pero nefasto caer en la vulgaridad del albureo fácil.

  • Lo educativo, lo que aporta contenidos informativos y hasta los documentales en radio, sean en radio musical o hablada, tienden a verse como radio muy lejana para el radioescucha común; sin embargo, utilizar textos familiares, ejemplos cercanos y cotidianos, así como el lenguaje coloquial y vivo (ágil, fresco, directo), puede dar como resultado que rompamos con la sensación de que los radioescuchas seremos aleccionados de parte del conductor o locutor en turno. De verdad, aunque sea un docto quien emite, debe abrirse y ponerse en los zapatos y orejas de quienes lo están escuchando para que hable con lenguaje equitativo, como a iguales, desde la democracia del decir y expresar en común.

  • Puedes lograr generar una emisión entretenida en la radio usando recursos técnicos simples y de primera mano: fondos musicales rítmicos, ágiles, acordes al contenido del tema (recuerda nunca usar canciones con letra de fondo, a menos que uses el texto de la canción como tema del programa, si no es un distractor), acude a efectos sonoros acordes a tu tema (no sólo el facilismo del chiste o la gracejada entretienen, puede ser una narración rítmica, ilustrativa y aderezada con efectos especiales o fondos musicales).

  • Sea que estés produciendo un programa de ciencia, noticiario, musical o de chismes de espectáculos, el manejo del lenguaje, del sentido de las palabras, los argumentos y los comentarios del conductor, todo en su conjunto te dará como resultado una línea editorial. Si has tomado el personaje de ilustrador, de preguntón o de desinformado queriendo saberlo todo, da lo mismo, lo verdaderamente cierto es que cómo trates el contenido es como serás recibido; si eres ligero, fiable, entretenido y hasta divertido o ingenioso llegarás a más orejas que a simples radioescuchas.

  • Y por último, La radio entretiene, acompaña e informa todo el tiempo, puedes reutilizar información o manejo de la información, pero asegúrate de no ser repetitivo, achacoso, o incluso de no sobrecargar de opiniones personales a los radioescuchas, pues además de hacerte tedioso, parecería una oda al conductor de radio, y así se pierde empatía entre escucha y locutor. Se empático, dale chispa a tus ideas, pero también escucha a la audiencia y dales su lugar para que de manera natural te vuelvas su voz, su escucha, su fuente cercana de entretenimiento a través de la radio.

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