¿Las emisoras deben tener complacencias?

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Es común que muchas emisoras tengan programas de complacencias para saber qué quiere escuchar su público. Sin embargo, aunque es una buena herramienta de interacción con sus oyentes, de pronto no es tan buena idea hacerlo.

«Hola, les habla Tito López en Radio Notas FM. Llámenme ya mismo. A esta hora estamos en nuestro programa de complacencias. Pidan su canción favorita«.

¿Cuántas veces escuchamos en la Radio algo similar? Este es uno de los mitos más tradicionales en la Radio: recibir las llamadas de los oyentes para «complacerlos». ¿Esto es efectivo? ¿Realmente estamos interpretando lo que la gente quiere oír? ¿Atraeremos más audiencia al complacer a los oyentes? Pensemos un poco al respecto.

1. Para saber si una emisora gana audiencia gracias a las complacencias tocaría hacer una investigación de mercados en la que dos emisoras fueran exactamente iguales, salvo que una tendría programas de complacencias y la otra no. Y sabemos que esto es completamente imposible.

Sí, es que como he dicho anteriormente, el éxito o el fracaso de una emisora no se puede medir por una sola variable. Son demasiados los factores que influyen en el gusto de la audiencia: la música, los locutores, la producción, la potencia, la ecualización, los programas, los comerciales, la permanencia en el dial, la publicidad, las promociones, el orden en que rotan las canciones, los concursos que realiza, las complacencias… Pensar que uno solo de esos elementos va a atraer más audiencia es utópico.

2. Las llamadas de los oyentes pidiendo canciones no deben ser usadas para tomar ninguna decisión en la emisora ni deben ser interpretadas como nada en particular. Y estas son las razones:

  • Sólo un puñado de oyentes (usualmente menos del 1%) llama a una emisora a pedir canciones. ¿Usted sabe cuántos oyentes tiene su emisora? ¿30.000? ¿100.000? ?1 millón? Usted puede recibir 100, 500, 1.000  llamadas al día, y lo más probable es que ese número de personas no represente ni siquiera el 0.1% de su audiencia.
  • Además, no hay forma de saber quién está llamando. Puede ser cualquiera. Usted no sabe si hace parte del grupo objetivo de su emisora, si es alguien llamando a hacer una broma, si es alguien de la competencia pidiendo una canción mala a propósito, o si es el artista, su promotor o su disquera. Recuerde también que, al igual que en los concursos, hay oyentes ‘profesionales’, que se la pasan llamando a varias emisoras a ver en cuál ponen su canción.
  • Y de todos modos, suponiendo que quienes llaman fueran realmente oyentes legítimos de la emisora, la muestra sería demasiado pequeña para tomar una decisión y generalizar los resultados de forma que representen el gusto de todos sus oyentes.

3. Supongamos que usted hace en vivo un programa de complacencias de una hora en una emisora de Salsa. Entra la llamada y el oyente le pide el reggaetón de moda. ¿Usted qué hace? ¿Le dice que esa música no suena en la emisora? ¿La pone, aunque vaya contra el estilo de la radio? ¿Le dice que pida otra? Y, mientras tanto, ¿qué pasa con el resto de los oyentes, que sólo quieren escuchar música y nó una discusión entre el locutor y el oyente?

Ahora, supongamos que usted realmente recibe las llamadas a lo largo del programa, las anota y pone al aire «las mejores» que le pidieron. En una hora puede recibir 100, 200 llamadas y sólo le alcanza el tiempo para pasar entre 10 y 15 canciones. ¿Cómo quedan los demás que llamaron? Aburridos: usted les creó una falsa expectativa.

4. El hecho de que a un oyente le guste una canción no significa que le guste a todo el mundo. Sólo está complaciendo a la persona que llamó. ¿Sacrificaría usted el resto de su audiencia por tener contento a uno de ellos? Recordemos que hay otras emisoras compitiendo contra la suya. Y que existen Spotify, Deezer, Pandora, Apple Music, Youtube y tantas otras opciones…

5. Cada vez es más común que una emisora cuente con un Programador, y a usted lo obligan a no salirse de la lista que le entregaron. Entonces, ¿para qué les dice a sus oyentes que llamen a pedir sus canciones, si usted no se puede salir de la programación? No engañe a sus oyentes. Ellos pueden caer en la trampa una vez. A la segunda no se lo perdonarán.

6. Su emisora contrató a un Director por sus conocimientos acerca del mercado. Esa persona es la que sabe qué quieren escuchar sus oyentes. Probablemente ha revisado revistas, ha monitoreado la competencia, ha mirado las listas de Monitor Latino, ha investigado el mercado, ha escuchado con atención toda la música que le llega, ha trabajado en una rotación precisa, ha creado una ‘curva musical’ que mantenga un hilo conductor a lo largo del día. ¿Usted va a tirar todo ese trabajo por la borda, y les va a confiar la programación a quienes llaman? El oyente no sabe de programación. Usted sí. Si a usted le va mal en una encuesta, lo pueden botar del trabajo. Al oyente que pidió canciones malas, no le pasará nada.

CONCLUSIÓN

Es cierto que hay gente que le gusta llamar a las emisoras, especialmente los más jóvenes o los de los estratos más populares. Les gusta oírse hablando por radio. Les gusta que los saluden. Hágalo, pero no dañe su programación con canciones que no deberían sonar.

En último caso, grabe las llamadas. Hoy en día es muy fácil hacerlo. Guarde esas llamadas, clasifíquelas, y en lugar de anunciar con su voz una de ellas cuando le llegue el turno, ponga la grabación de un oyente que la pidió.

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