Ni Tomás ni El Morro han dicho la última palabra

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Primera parte

Vuelo sobre Los Ángeles

En 1999, casi para el cambio de siglo, Rubio emprendería una nueva parte de su carrera en Estados Unidos, específicamente en la ciudad de Los Ángeles, en La X, un semillero de talentos y auténtica escuela donde muchos locutores alcanzaron la gloria. Recuerdo que nos invitaron a ver una pelea de box en Atlantic City. De regreso el avión pasó por arriba de Los Ángeles, y el piloto lo anunció por el sonido. ‘Si se asoman podrán ver la ciudad de noche’. Recuerdo que volteé y le dije a Pepe Garza ‘¡Qué bonito! Sería bueno trabajar en Estados Unidos, creo que sería una gran experiencia’. Y como que lo llamamos. Fue una de esas cosas que uno tiene que decir en voz alta para que se cumplan. A la semana siguiente nos llegó una oferta. Eduardo Cancela de SBS Radio fue a Guadalajara, firmé un contrato y preparé mi equipaje. Lo hice casi sin pensarlo, nunca pensé que me iba a quedar.

Llegué a Los Ángeles con una mano adelante y otra atrás, a aprender lo que era este país. Traté de hacer un programa que fuera más entretenido, más chistoso, y no llegué al primer lugar porque la competencia era muy fuerte, estaba el Cucuy con un rating impresionante, y después de cuatro o cinco meses decidí regresarme nuevamente a mi rancho, aunque sólo por un tiempo. En Estados Unidos El Morro ya se había transformado. Alguien nos sugirió que hiciéramos un muñeco real, que caminara, y nos lo diseñó la gente de Universal Studios. Lo presentamos en el Memorial Coliseum de Los Ángeles durante un partido Chivas-Atlas. Fue muy exitoso y con eso nos dimos cuenta de que probablemente podríamos hacer eventos con él. En un musical tocaron los Tigres del Norte y con El Morro tuvimos nuestro espacio. Luego hicimos cientos de presentaciones por todo Estados Unidos alternando con los principales artistas en conciertos masivos. Con el tiempo, quien daba voz al Morro pensó que, tal vez, él también debería cantar una canción. Llegó Chencho García y me dijo que, en lugar de una canción, mejor grabara un disco. Me hizo un álbum de banda y ahí está Jenni Rivera, que quiso apoyarme. Lupillo Rivera y otros artistas aparecen en el video de la canción “Sin ti”. Sin duda, había razones para quedarse en Estados Unidos .

Hollywood

Además de la locución y la programación de estaciones de radio, Tomás Rubio ha explorado su lado empresarial con I Latina Entertainment, una compañía de producción de contenidos de televisión y de radio que fundó con su esposa, Connie Schulte, en 2001. Con sede en North Holly Wood, California, I Latina nació con la misión de atender a la creciente comunidad latina de la región. Tomás tomó las tareas de productor y director de RMTV, un canal de música concebido por él mismo para transmitir las 24 horas a los Estados Unidos y Centroamérica. Nunca había desechado mi idea de estar en el mundo audiovisual. Hice videoclips para artistas, amigos míos, y para otras compañías. Decidimos entonces crear una compañía productora para hacer negocios de cierto nivel. Creamos un canal de TV de música, al estilo de Bandamax, pero es el primero y hasta ahora el único que se produce 100% en Estados Unidos.

En 2014, su afición por el cine lo llevó por un camino distinto, incursionando en la producción del soundtrack de la película El Americano: The Movie, una cinta de animación que trata de un perico mexicano, llamado Cuco, que se embarca en una aventura para defender a su familia. La pista sonora incluye doce canciones originales de varios artistas latinos, entre ellos Aleks Syntek, La Arrolladora Banda El Limón, Los Tucanes de Tijuana y el locutor Don Cheto, acompañado del trío 3Ball Mty, además de tres piezas orquestales compuestas por Leoncio Lara Bon e interpretadas por la Orquesta Sinfónica de Puebla. Todo esto fue en el espíritu de apoyar a la gente en lo que yo pueda. Un día, en un evento, me encontré a Gerry Cardoso, uno de los productores, me platicó sobre la cinta y me pareció muy especial por una cosa muy importante: era la primera película de animación en colaboración entre México y Estados Unidos en la que se hablaba de un tema mexicano. Es una historia que ocurre en Puebla, en un árbol de Cholula, en la plaza principal. Dentro de ese árbol hay todo un mundo de pájaros. Es una buena historia. La cuestión es que les hacía alta un soundtrack, y me gusta, produzco desde hace tiempo, conozco a ciertas personas y sabía que tomando de aquí y de allá podríamos hacerlo. Después de mucho luchar, Gerry y yo conseguimos la participación de varios músicos, como La Arrolladora, los Tucanes de Tijuana, Amandititita, Aleks Syntek, una canción que me encanta del Grupo Duelo. También me tocó colaborar en una canción que está dentro de la película, esa fue mi aportación.

El año pasado hice un cortometraje que se llama “Moco”. Es la historia de un niño asustado por la situación que vive en su familia. Su padrastro es un personaje represor. Moco vive debajo de la mesa del comedor, desde donde puede controlar y gestar su batalla contra ese personaje, mientras trata de liberar a su mamá.

Regreso a la radio

Entre la dirección de su propia empresa y la exploración del cine y otras actividades creativas, la locución quedó momentáneamente fuera de la vida de Tomás. Decidí que no iba a hacerlo más. La cabina de radio es como una novia, hay que estar ahí todos los días. Para alguien como yo, que me gusta mucho ir a donde yo quiera, a la hora que yo quiera, esto no era posible. Así que decidí no hacerlo más. Cuando fundamos Regional Music TV, que se ve en el canal 415 de DirecTV en todo Estados Unidos y América Central, ya no quedó tiempo para hacer radio. Me dediqué solamente al canal y a tratar de llevarlo a otras plataformas. Pero en un momento le tuve que poner pausa. En ese inter, el señor Guillermo Canedo me invitó a trabajar a sus estaciones de radio, pues recién formó una empresa junto con Guillermo Santiso que se llama CASA Media Partners. CASA tiene una estación que se llama La Máquina. La compraron cuando no estaba en muy buena posición, luego de haber sido de las mejores, y me preguntó si quería hacer algo. La verdad no estaba entre mis planes, pero me convenció y comencé a ser programador de este grupo, que reúne diez estaciones de radio, y afortunadamente van muy bien. Así que pronto comenzaré un programa sindicado por mí, y seguramente El Morro saldrá por ahí, concluye el joven locutor de Guadalajara, que sigue encontrando la forma de divertirse y aprender en una cabina de radio.

Porque es un hecho que ni Tomás ni El Morro han dicho la última palabra.

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