¿En Jalisco como va el proceso de digitalización?
La radio digital en Guadalajara no tuvo ningún impacto, cosa que sí ocurrió en la Ciudad de México. Aquí no hay ninguna, ninguna estación que esté transmitiendo en digital. Hay pocas personas que tienen un receptor preparado para recibir una señal. Dos: el gobierno no tiene un deadline al respecto ni una política pública para promover la transición. Y tercero, salvo los autos muy lujosos y nuevos que ya traen un aparato con capacidad de recibirlo, el resto de la población no tiene, y los empresarios de Jalisco no ven un modelo de negocio ni una inversión económicamente sustentable. Fuera de la capital, la radio digital no existe.
¿A qué se debe este rezago?
Estamos rezagados en buena medida porque tampoco hay una norma oficial mexicana para que dejen de vender radio análogos, a diferencia de la televisión. Si tuviéramos un plan, una política pública hacia la digitalización, ya estaríamos como en Estados Unidos donde la transición ya ocurrió a nivel nacional, pero veo en México un desinterés y no sé si es parte del freno que le pone la propia industria de la radio comercial al cambio porque significa una inversión que no están dispuestos a hacer.
¿Hay forma de que esto cambie a corto plazo?
Pues tendría que ser una política de Estado, como fue la TDT, y aun así vimos cómo Televisa y TV Azteca frenaron, lograron ampliaciones, dilataron lo más que pudieron el proceso del apagón analógico. Yo no creo que la industria de la radio y TV en México, que es todavía más conservadora que el duopolio televisivo, esté con el interés de modernizarse. Los empresarios de radio, con raras excepciones, son gente muy conservadora que le saca mucho al negocio y que no quieren invertir un peso. Lo que sí va a pasar es que la radio digital va a tener un impacto a través de internet.
¿Cuál es su principal obstáculo en Guadalajara, por ejemplo?
La penetración. No hay suficiente número de receptores. En Radio UDG, que dirijo, somos ocho estaciones de FM. Sí quisimos migrar, hicimos un estudio y decidimos que lo íbamos a hacer pero nos iba a costar un ojo de la cara y a perder el 70 por ciento de nuestra audiencia, porque la gente no tiene un aparato receptor. Aunque seas un medio público tienes que planear si estás dispuesto a renunciar una parte de tu audiencia para hacer el cambio tecnológico.
¿Considera entonces que es un problema de usos y costumbres?
Es un problema de Estado. Si fuera del libre mercado podría decir que es un tema sólo de costumbres, pero aquí hay órgano regulador muy fuerte, el IFT. Yo soy un escéptico de la televisión digital terrestre y la radio digital porque con la velocidad que está caminando el acceso a internet. Seguir pensando en antena, transmisores, ya no corresponde a la idiosincrasia de este público de menores de 30 años cuyo consumo audiovisual lo hacen a través de internet.
¿Cómo es tratar con esas audiencias millennials?
Primero entendernos, no confrontarnos, no quererles imponer nuestra visión romántica y melancólica de que la tele y la radio son como nosotros las conocimos. Las cosas van cambiando. Tenemos que entender esos nuevos comportamientos. Otra cosa más es que la Bienal de Radio tiene que transformarse; está pensada todavía para la era analógica, hay que digitalizarse.
Miriam Canales
