¿El futuro de la radio son los Podcasts?

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Radio online, Podcasts… ¿cuál será la solución?

El dilema de muchos afiebrados a la radio ha sido el de si vale o no la pena montar una emisora por internet. Gracias a la tecnología, hoy es sumamente fácil hacerlo. Casi que basta con tener un computador.

Pero esa facilidad ha hecho que cualquiera, con o sin conocimientos de radio, monte su emisora. Por esta razón han proliferado y hoy debe haber cientos de miles, incluso millones de emisoras online en todo el mundo.

Hacer una emisora no es simplemente poner una playlist con sus canciones favoritas y ponerla a rotar por streaming. Requiere de conocimientos básicos de programación, promoción y producción. Además requiere de buenos talentos al aire e instalaciones y equipos idóneos.

Pero además necesita algo muy importante: ancho de banda. Claro, hay servicios de alojamiento baratos, pero solo podrán escucharlo 50 o 100 personas de manera simultánea y con muy baja calidad. A veces sería mejor coger un megáfono y pararse en un balcón a hablar.

Y es que si quiere tener miles de oyentes al mismo tiempo tendrá que pagar mucho dinero. Y esto sin hablar del pago por derechos de autor.

Pero aún teniendo todas estas posibilidades resueltas, con tanta competencia local, nacional e internacional, lograr el éxito con una emisora online es prácticamente imposible. Es que son miles y miles de emisoras de todo el mundo, en infinidad de formatos, la mayoría enfocadas a nichos específicos.

Es cierto que algunos logran conseguir unos patrocinios, la mayoría por canje. Pero pensar que uno podrá vivir de una emisora por internet, o que va a tener audiencias masivas, o que va a competir contra la radio tradicional con una emisora en línea es una ilusión difícil de alcanzar.

Quienes lo han intentado tienen que contentarse con 60, 100 o 500 oyentes simultáneos. Esa es una cifra ínfima comparada con una emisora tradicional que puede llegar a tener, en una ciudad como Bogotá, 50.000, 300.000 y hasta 1 millón de oyentes diarios o más.

Hay empresas que se han dedicado a crear emisoras en línea. Algunas montan emisoras para clientes específicos, que las usan como herramienta promocional e incluso para musicalizar las instalaciones de sus restaurantes, tiendas u oficinas. Esa es una buena idea.

Otras han intentado crear emisoras al estilo tradicional, contratando excelentes programadores y locutores. Tal es el caso de Apple con su emisora Beats 1. Sin embargo Apple, a pesar de todas sus grandes inversiones, no se ha atrevido a publicar resultados de audiencia, lo que hace suponer que no le va muy bien.

Por eso creo que las emisoras online no son el futuro de la radio.

Aclaro: no hablo aquí del streaming que hacen las emisoras de AM y FM tradicionales. Aquí sí es indispensable tener su señal en internet.

¿Y los Podcasts?

Pero ahora todo el mundo habla de los Podcasts y ven allí otra posible opción para el futuro de la radio. Pero esta opción, que cada vez recibe más atención por parte de los medios especializados, todavía tiene mucho camino por recorrer.

¿Por qué? En principio, por razones muy similares a las de la radio online. Los Podcasts les hablan a nichos de personas, segmentos muy pequeños de la población. Si va a tocar música debe pagar derechos muy costosos. Además, es necesario hacer una buena producción y saber promocionarlo masivamente.

Hacer un Podcast es relativamente fácil, pero la mayoría de quienes los hacen no son verdaderos comunicadores. Al igual que la gran mancha plástica del Pacífico, el océano de Podcasts está lleno de basura, y a medida que se masifique su uso será más difícil encontrar buenos contenidos.

Hoy en día, Apple y Spotify están abriendo sus puertas a los Podcasts. Esto significa que cada vez habrá más gente subiendo sus programas a estos agregadores.

Pero estos deben ser fáciles de usar y permitir no solo clasificar los Podcasts por temas, eras, duración, presentadores y demás elementos, sino calificarlos y darles puntuación, para que los usuarios realmente puedan escoger lo que quieren de manera fácil y valorar sus contenidos.

Eso lo ha logrado muy bien Netflix con sus películas y series de televisión. Hoy en día es muy sencillo buscar el programa o la cinta que uno quiere ver y que se adapte al gusto personal. Ojalá se puedan encontrar estas opciones en los agregadores de Podcasts.

Pero en el fondo, pienso que el problema de los Podcasts no es que sean buenos, malos o fáciles de encontrar. El problema es que una cosa es sentarse a ver un programa de televisión (o de video) y otra, muy distinta, es sentarse a escuchar un programa de radio (o de audio).

Sentarse frente a la pantalla a ver una serie de televisión, una película o un espacio de cocina es algo que uno programa. Usted necesita que todos sus sentidos estén concentrados en lo que está viendo para poder seguir la trama y entender lo que está pasando.

Usted deja de hacer otras cosas por ver ese programa durante el espacio de tiempo que dure.

Así nos hemos habituado desde los inicios de la televisión, pero eso no sucede con el audio.

En televisión usted primero ve el programa. Las otras tareas pasan a un segundo plano. Pero los hábitos de escuchar radio son diferentes. Habitualmente, primero están sus tareas y la radio está en un segundo plano.

No es común que usted deje de hacer lo que está haciendo para sintonizar un programa de radio desde el principio y escucharlo hasta el final. Esto porque la radio, salvo en algunas ocasiones, no es un medio al que se le presta atención sino que se usa como compañía, para ambientar.

Por eso la mayoría de emisoras son musicales, que no requieren escuchar el principio y el final de un programa.

De hecho, cuando uno enciende el radio en el carro lo que busca es compañía. No importa si escuchó el programa desde el inicio o si no pudo escuchar el final, porque lo que interesaba era tener a alguien que lo acompañara en su camino al trabajo o a casa.

Realmente son muy pocos quienes escuchan un programa –cualquiera que sea- de principio a fin. Así es como nos hemos habituado a escuchar radio.

Y miren este ejemplo: de acuerdo con la Oficina del Censo de Estados Unidos (U.S. Census Bureau), el tiempo promedio gastado en ir al trabajo es de 25.4 minutos. Según esto, un oyente tendría que buscar un Podcast que tuviera una duración menor o igual.

Si dura menos, se queda con las ganas de seguir escuchando, pero si dura más, no se va a quedar sentado en el parqueadero esperando a que termine.

Lo mismo pasa con las tareas del hogar. Un ejemplo similar nos dice que según la USDA (2014 Eating & Health Module), los estadounidenses pasan en promedio 37 minutos al día preparando y sirviendo la comida y haciendo aseo.

Habría que buscar programas que tengan esa duración, lo que se complica al momento de hacer la selección: tendría que ser un programa con esa duración, pero además acerca de un tema que me interese, con un presentador que me guste y que esté bien producido.

Pero tal vez el dato más preocupante es este: El Podcast Consumer Report 2019  de Edison Research, publicado hace pocos días, nos dice que solo el 52% de los encuestados escucha completo un Podcast. Es decir, solo la mitad escucha un Podcast completo. El resto solo escucha un pedazo.

No sé si esto se deba a que no le gustó, a que no era de su interés o simplemente a que no tuvo tiempo. De hecho en esa investigación, a la pregunta de «Usted escucharía un Podcast si…”, la respuesta del 57% fue: «Si tuviera más tiempo para escuchar”.

Y remato con esta cifra: el 26% de los encuestados en ese estudio dijo que «aumenta la velocidad del Podcast«. Sí, no importa que el locutor suene como un marciano o como una ardilla con tal de poder escuchar el Podcast completo.

La presentación del estudio no lo dice, pero yo asumo que esto podría deberse a que quieren evitar momentos aburridos, para ver si lo que sigue es interesante o especialmente para alcanzar a oír el final, porque ellos no tienen tiempo.

Conclusión

Ese Podcast Consumer Report 2019  revela que solo el 22% de los estadounidenses escuchan al menos un Podcast a la semana. Es una cifra muy baja comparada con el consumo de otros medios y plataformas.

La buena noticia es que esta cifra viene aumentando: en 2018, el porcentaje era del 17%.

Sea lo que sea, aún tenemos mucho que aprender acerca de los Podcasts. Lo importante es que su uso se extiende y que abre nuevas posibilidades de comunicación para el público en general, a locutores y productores independientes y a que las estaciones de radio atraigan más audiencias con sus contenidos.

 

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